jueves, 13 de marzo de 2008

Palabras y actos



Hacía tiempo que no entraba al barco (para los no iniciados, así se denomina el chat de Lycos), pero ayer lo hice para ver mis correos y bitas y me encontré con dos imágenes que me parecieron curiosas por venirme como anillo al dedo para publicarlas aquí.
Es curioso como a veces confiamos en alguien y pensamos conocerlo/a y de repente nos tenemos que aprender la lección de nuevo de que realmente NUNCA se llega a conocer a las personas que nos rodean, y menos si ellas no quieren.
Que hay personas que viven en un mundo inventado, en el cual nada es real excepto que ellas mismas se creen todo lo que cuentan.
Que hay personas que son como gatitos, que cuando están bien ronronean y buscan cariño, y cuando están mal sacan las garras. Y peor aun, que hay personas que se convierten no en gatos furiosos sino realmente en otras personas totalmente distintas a las que creiamos conocer.
Que se sienten atrapadas cuando te acercas demasiado, que se dejan cegar por la ira y el odio en lugar de saber perdonar y entender.
Que no se comunican porque ni ellas mismas se entienden, o en el peor de los casos ni quieren entenderse.
Que son felices viviendo en su mundo, aunque sea irreal, porque es perfecto, aunque no sea verdadero.

Qué triste ¿verdad?

Yo prefiero vivir en un mundo con sufrimiento, con problemas, con discusiones (aunque pocas eh) para luego poder hacer las paces, pero en un mundo que sea real. En el que haya cariño real y los amigos sean reales y no tenga que estar escondiéndome de nada ni de nadie.
Lástima que no todo el mundo tenga la misma capacidad de entender así las cosas.
Y para colmo, para algunas personas las que estamos fuera de lugar somos las que vivimos aquí fuera, en el mundo REAL.
Justamente esas son las que nos hacen pagar a justos por pecadores, sin importarles nada ni nadie.
Pero más triste aun es que no se den cuentas de lo atrapadas que están dentro de su círculo vicioso y que están destinadas a estar solas para siempre.
Y aun así, aparentan ser felices... hay quien cree que engaña muy bien.

¿Realmente hay alguien que pueda ser feliz así?
Prefiero no saberlo...


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