sábado, 26 de mayo de 2012

Sentimientos


Con los sentimientos a flor de piel me doy cuenta de nuevo que nuestro corazón nunca va por donde uno quiere. Por sorpresa afloran los sentimientos, nos invaden sin preguntar. A veces preferimos sufrirlos en silencio que dejarnos llevar, por el miedo a caer otra vez en la trampa de que nos puedan hacer añicos el corazón, que ya de por sí está lleno de cicatrices y malos recuerdos. Aún así, el corazón siempre suele ser más fuerte que las advertencias que la cabeza nos hace llegar. Se impone, te anula y te deja al desnudo ante tus sentimientos. Y no te queda más remedio que aceptarlos, aunque sea en silencio, para en algún momento decidir si nos dejamos llevar o preferimos perder la oportunidad de saber qué hubiera sido si hubieramos permitido que todo esto que sentimos salga a la luz para quizá, sólo quizá, hacernos felices aunque sea por un sólo instante. Porque hay sentimientos que son demasiado grandes para permanecer encerrados en la jaula de nuestro corazón, deberíamos dejar que la llave que abre la prisión de los miedos abra esa puerta de vez en cuando. Porque sólo así podremos conseguir eso que tanto anhelamos.

1 comentario: