viernes, 8 de mayo de 2020

Hablando se entiende la gente


Es curioso como los tiempos han cambiado y se tienden a solucionar las cosas hoy en día.

Antiguamente, cuando había algún malentendido con alguien, lo dejabas claro cara a cara, ya que no te quedaba otra. O como mucho, cogías el teléfono y se intentaba solucionar con una llamada.

Y si eso no funcionaba, siempre estaba la opción de decir eso de "Oye, vamos a dejar pasar unos días y ya hablaremos cuando estemos más calmados".

Hoy en día, con esto de Internet, la solución es mucho más fácil. 

Ya da igual que te conozcas de hace un día o desde hace años, que si hay algo que no te gusta, coges y bloqueas a la otra persona en todas las redes sociales existentes e inexistentes para que no pueda contactar más contigo, después de echarle en cara mil cosas de las que no sabe ni a qué vienen, en lugar de explicarte un poco a ver si el tema tiene solución, o peor aún, desapareces simplemente sin decir nada.

Lo que deja a la otra persona totalmente perpleja, porque no tiene ni idea de lo que está pasando o ha pasado, porque igual se piensa que el enfado viene por una cosa, pero no acaba de entender los motivos reales del motivo de esa desaparición repentina, ya que no recibe una explicación coherente para poder buscar una solución.

A la única conclusión que puede llegar al final con una actitud así de egoísta y radical, es que a la persona que ha desaparecido de esa forma le ha importado un carajo durante el tiempo que haya estado en su vida. Por poco o mucho tiempo que haya sido.

Porque cuando le importas a alguien, puedes enfadarte, puedes patalear, puedes pedir un tiempo para que se enfríen las cosas, pero jamás le dejarás sin la oportunidad de saber de por qué desapareciste de un momento a otro sin que entienda los motivos que te han llevado a ello.

Los amigos son amigos todos los días, no hoy sí, mañana no. Puede haber tensiones y malentendidos. Puede haber enfados y se pueden decir cosas hirientes que no se piensan. 

Pero es cosa de dos discutir, y también es cosa de dos, reconocer su parte de responsabilidad en lo ocurrido, ya sea por falta de comunicación o incluso por exceso de la misma, o por cualquier otro motivo, y sobre todo, es cosa de dos intentar arreglar las cosas si realmente se trata de una verdadera amistad.

Y eso no se consigue desapareciendo del mapa, sino dialogando. Abriéndose y hablando de lo que fue lo que a cada uno le molestó. Intentando entender a la otra persona, e intentando que la misma situación no se vuelva a repetir.

Esa es la única forma lógica y madura de arreglar las cosas entre personas adultas.

Pero en los tiempos que corren, las llamadas telefónicas están vetadas por motivos desconocidos, y el diálogo sólo existe mientras todo vaya como la seda.

En cuanto las cosas se ponen feas, los "amigos" vuelan, y las nuevas tecnologías ayudan en que se conviertan en fantasmas escondidos detrás de unos simples aparatos electrónicos.

Y si intentas desesperadamente recibir una simple explicación de lo que ha pasado, porque no entiendes nada, te tachan como "acosadora" y te siguen acusando de cosas que no entiendes a qué se deben, en lugar de atender a razones y al menos darte la puñetera explicación que necesitas para entender qué demonios es lo que ha sido el detonante para que semejante desastre pudiera desencadenarse.

Bienvenidos a la superficialidad del siglo XXI.









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