viernes, 19 de octubre de 2007

Sobre el abuso de cargos en el trabajo

Ha habido personas que me han pregunado por mi post anterior, así que voy a explicar con más detalle mi "aventura laboral" de los último quince días.
Como ya sabeis estaba muy contenta por entrar a trabajar en una agencia de transporte situada aquí mismo en el Puerto de Sagunto. La entrevista fue genial, el jefe parecia majo, los compañeros ni fu ni fa (un chico bastante majo, y la típica maruja de pueblo más interesada en los cotilleos que en las personas), y el trabajo genial.
Cuando entré conocí a la que era recepcionista-encargada de reclamar facturas-administrativa de compras-chica para todo y por desgracia mujer del jefe. A primera vista parecía maja, pero se gastaba un carácter que te cagas. Mientras no fuera conmigo no era mi problema, si su marido y nuestro jefe quería aguantarle las broncas que le pegaba delante de nosotros, era su problema, no el nuestro.
Hasta que un buen día se me ocurrió pedirle un sacapuntas... ¡¡¡ menuda bronca me llovió !!! A grito pelao se acercó a mi, diciendo que ya había dicho el lunes que teníamos que hacer una lista con las cosas que necesitaramos, y que siendo viernes yo ya debía haberle dicho que necesitaba un sacapuntas. Para colmo se me ocurrió responderle, diciéndole que es que como no había gastado el lápiz hasta ese momento, no me había dado cuenta de que no tenía sacapuntas... para qué quise más. Siguió gritándome como un energúmeno, diciéndome que no tenía que replicarle, que si tal y que si cual. Y claro, a mi no me da la gana que nadie me levante la voz, y menos sin motivo y delante de todo el mundo. Así que le levanté yo también le voz y le dije que si se había levantado de mala leche no lo tenía que pagar conmigo, y que cuando se calmara ya hablaríamos pero que dejara de gritarme (eso ya acabó de sacarla de quicio).
Esa fue la primera vez de muchas, en las que tuve que aguantar ese tipo de situaciones, y todas, igual que la primera, por cosas "de guardería", sin tener motivos reales. Incluso llegué a pensar que me había tomado celos o algo, por ser yo la única "mujer disponible" en la oficina... ¿se vería amenazada? ¿Será tan insegura que me cogió celos por considerarme un peligro en lo que se refiere a su marido? Pues qué poquito me conoce. Yo voy a hacer mi trabajo, al ser posible bien hecho, cobrar mi sueldo y nada más. Hace tiempo que he aprendido a distinguir que el trabajo y la vida personal son dos cosas distintas que se han de mezclar lo mínimo posible, aunque a veces sea difícil.
Así que es curioso, pero estas situaciones se repetían una y otra vez, y curiosamente, sólo conmigo. Y no es por nada, pero yo sé muy bien lo que valgo como persona, y por lo tanto no tolero que nadie, NADIE, me levante la voz de esa forma, y menos injustificadamente. Puedo llegar a entender que a causa de un error en el trabajo tu jefe te levante la voz en un momento dado porque esté alterado con razón, por haber metido la pata. Pero por chorradas como un sacapuntas, tener su boli en mi mesa (habiéndoselo olvidado ella alli), etc, etc... pues como que no me da la gana.

Mi jefe la defendía diciendo que es que tenía un carácter muy fuerte, pero que había que respetarla porque era su mujer y por lo tanto, igual que el en puesto y cargo. Me parece muy bien que la defienda porque sino le monta la bronca en casa (ya veremos cuánto dura una empresa en esas condiciones, y del matrimonio ni hablemos, pero eso tampoco es asunto mío). Lo que me parece muy fuerte es que en esta sociedad, una y otra vez, se confunda tener un carácter fuerte con la mala educación. Porque yo tengo un carácter fuerte, y no voy por la vida gritándole a la gente ni faltándole el respeto. Y si lo hago en algún momento, al menos sé rectificar cuando me doy cuenta de que he actuado mal.
La gota que colmó el vaso, ya fue el lunes, día 8 de octubre, en el que me encontraba fatal y me cayó otra bronca de las de turno, y para colmo me entero ese día que al día siguiente, festivo en la Comunidad Valenciana, había que trabajar.
Vamos a ver señores, no tengo inconveniente en trabajar un festivo si hace falta, siempre y cuando eso se AVISE CON TIEMPO, incluso se mencione en la entrevista (que es lo lógico), y aunque no se pague aparte, se compense con otro día libre. Pero no me vengan con la parafernalia de que es necesario trabajar ese día, cuando la mayoría de agencias de transporte y empresas valencianas no trabajan, y además estamos en temporada baja que no hay faena. He estado anteriormente en otra empresa de transporte, más grande y más importante, y en ningún momento nos han hecho trabajar festivos, al no ser que hubiera alguna carga de perecederos, en cuyo caso se hacían guardias con el móvil por si había algún problema.
El caso es que el día 9 acudí a urgencias por seguir mala, y volví con justificantes médicos al trabajo el día 11, encontrándome el cese de la empresa para firmarlo.
No voy a entrar en detalles de cómo se me presentó, ya que no es necesario decir a estas alturas con qué tipo de personas estaba tratando.
Sólo por encima... el jefe se escondió en el cuarto de reuniones para no tener dar la cara, y ella fue la que me dió el cese, con un golpe en la mesa, diciéndo que firmara... hasta hoy no me han dado un motivo coherente, que tampoco necesito. Puesto que me han hecho un favor abriéndome la puerta a salir de esa horrible empresa que parece vivir aun en la época de Franco.
Se me olvidaba mencionar que además han sido dos semanasa perjudicando mi salud, puesto que soy asmática y a pesar de estar prohibido por ley, eran cuatro personas fumando como carreteros en una oficina sin ventilación, y sin ningún tipo de escrúpulos ni miramiento aunque estuviera echando los pulmones de tanto toser. Ahora, como ya hay más personas alli que no fuman, han puesto un cartel de prohibido fumar, y fuman en el cuarto de reuniones o en el despacho del jefe, que tampoco están acondicionados. El día que les pase una inspección de sanidad, que no se sorprendan si se les cae el pelo. Y bien empleado que les estaría.
Así que ya veis, esto es lo que hay... algunas personas me han dicho que debería haber aguantado, pero la mayoría están de acuerdo conmigo en que no debía tolerar esa forma de comportarse conmigo. Ya me conoceis, me da igual lo que piense la gente. Actúo en consecuencia a mis creencias y mis valores.
Y os puedo garantizar que hoy por hoy, nadie me va a faltar el respeto de esa forma por pensarse mejor que yo. Porque por norma general, ese tipo de personas no nos llegan ni a la suela de los zapatos a las personas como yo.

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