domingo, 29 de septiembre de 2019

La depresión - Un problema muy real




En la sociedad de hoy en día, la gente tiende a hacer un uso muy rápido y fácil de la expresión "estoy depre". 

Pero la realidad es que "estar depre" la mayoría de las veces solamente se refiere a un estado de tristeza pasajero que nada tiene que ver con la realidad de sufrir depresión.

A la hora de la verdad, la mayoría de la gente no entiende lo que supone sufrir de depresión. Es más, dicen que son tonterías, que te dejes la medicación y que lo malo pasa igual, sin tener que medicarte, que los problemas son pasajeros y que ya se arreglará todo.

No entienden que la depresión es una enfermedad de salud mental, por mal que suene, porque en esta sociedad las enfermedades mentales se limitan a "estar loco". Es un mal muy presente entre muchos de nosotros, y además, una enfermedad que de no entenderse y ponerle remedio medicándote puede llevar a un final catastrófico.

Sí, yo sufro depresión. La sufrí hace tiempo, y la vuelvo a sufrir, desde hace años, medicándome con un medicamento que ya no me hacía efecto, lo cual acabó en pensamientos suicidas casi diario porque no le veía el sentido a mi vida. 

La depresión es un mal silencioso, te acecha, te envuelve y te come, a veces, sin que te des ni cuenta. 

Ahora tomo otra medicación. Ya no tengo pensamientos suicidas. Pero aún sigo preguntándome muchas veces qué sentido tiene que esté en este mundo y me da lo mismo estar que no. Estoy más activa, sobre todo por las noches, porque uno de los efectos secundarios de la medicación que tomo actualmente es un insomnio galopante. Solución: o no dormir (me he llegado a pasar casi una semana sin dormir), o tomar somníferos, los cuales te dejan groggy por la noche... y por parte del día siguiente, o a veces, incluso más.

Si juntas esto con otros problemas de salud con los que tengo que lidiar ya desde años, que a pesar de no ser graves, sí que afectan mi vida laboral y personal, como por ejemplo el asma, los "eternos" resfriados, las recurrentes bronquitis (causadas por el asma), la lumbalgia crónica y los cada vez más frecuentes dolores de ciática, la tensión alta..., entre otros, porque seguro que me he dejado algo, tu vida se convierte por momentos en un infierno de impotencia por querer y  no poder hacer cosas que quieres, o debes, hacer.

La gente con la que quedas y desquedas porque no te apetece hacer nada, no lo entiende. ¿Depresión? ¿Problemas de salud? "Lo que tiene ésta es cuentitis." Y punto. A mi me da igual lo que piensen, la verdad. Bastante tengo ya con cargar con todo lo que tengo como para cargar con opiniones ajenas de personas que no tienen que vivir lo que yo estoy viviendo.

Pero sí me gustaría hacer un llamamiento a la sociedad. La depresión NO es un simple cuento. Los monstruos que buscábamos de pequeños en el armario o debajo de la cama, a veces nos acechan de mayores (y no tan mayores) en forma de desgana y desinterés de cuanto te rodea. Lo que para una persona normal es una rutina o algo fácil, para las personas depresivas puede suponer un esfuerzo inmenso. Como, aunque parezca mentira, el simple hecho de arreglarte y salir a la calle. Puede que tengas algún momento en el que te mueras de ganas de hacer algo, pero a la hora de la verdad nos cuesta Dios y ayuda. Y cancelamos nuestros planes, quedándonos en casa, dónde nos sentimos seguros.

Algunas personas, como yo, somos conscientes y buscamos ayuda. Otras no. Algunas pocas personas saben por lo que estás pasando, y lo entienden. La mayoría no.

La triste realidad es que la depresión es el principal factor cuando se trata de riesgo de suicidio. Que la depresión es un trastorno mental real, una enfermedad que debe ser tratada y supervisada, y que no es malo buscar ayuda y acabar en tratamiento psicológico, o incluso psiquiátrico. Los médicos están para ayudar. Si te duele un tobillo y vas al traumatólogo, ¿por qué no ir a salud mental cuando lo que te duele es el alma? 

Una sociedad que no ve eso, que se ríe de ello y lo juzga como "estar tarado", es una sociedad que tiene un problema muy grave. No se han de cerrar los ojos ante los problemas de los demás. Y mucho menos, dar consejos del tipo que he mencionado antes ("no necesitas medicación, deja de tomarla que todo tiene arreglo"). Esos consejos pueden llevar a consecuencias impensables si una persona con depresión decide hacer caso a ellos.

Sobre el suicidio, la sociedad ha de entender que no es algo de cobardes, como se suele pensar. El suicidio es la consecuencia de una depresión por llevar demasiado tiempo luchando en esta vida. Del cansancio que produce a veces la impotencia que sientes por no poder cambiar tu situación, a pesar de intentarlo de todas las maneras posibles. Es una llamada de atención, un grito mudo pidiendo ayuda a los que te rodean y no te entienden. Un grito esperando que alguien te tienda una mano y te ayude a salir en el pozo que te encuentras.

No subestimemos las enfermedades mentales. Son tan reales como cualquier otro tipo de enfermedad. Y a veces, un simple gesto, como escuchar a alguien, y sobre todo no ridiculizar o sentirse ofendido cuando una persona llora mientras habla contigo, puede marcar la diferencia entre ayudar o hundir más en la miseria a esa persona.

Hoy soy yo la afectada. Mañana, posiblemente, y aunque creas que sea imposible, puedes ser tú. Así que si eres de los que creen en que la depresión "no existe", por favor, tómate a pecho este texto. Reléelo si hace falta. Reflexiona.  No des por hecho que una persona, solo porque sonría o se ría, no puede estar vacía por dentro. No des consejos que puedan ser perjudiciales, o que no sirven de nada. Una persona depresiva está depresiva, no es tonta. Nos conocemos las teorías. Pero no somos capaces de ponerlas en práctica.

No juzgues a personas que tienen problemas solo porque tú no puedas llegar a entenderlos. Solo con eso ya ayudarás mucho a personas que lidian día a día con encontrar un motivo para seguir en este mundo.

Gracias.