sábado, 30 de julio de 2016

Fluyendo


A veces hacemos cosas que nunca haríamos en otras circunstancias, y cuando volvemos la vista hacia atrás nos damos cuenta de que son las mejores decisiones que hemos tomado en nuestras vidas.
Esas que no pensamos, en las que simplemente escuchamos nuestra intuición y la seguimos.

Me alegra volver a tener confianza suficiente en mi intuición, porque ella me guía y nunca se equivoca. Sé que puedo seguirla a ciegas y que no pasará nada.

Gracias a ello, ayer toqué por un momento el cielo con las manos. Cosa que hacía demasiado tiempo que no hacía, y que me hacía mucha falta.

Y sí, esta vez quiero fluir con los acontecimientos, quiero vencer mis miedos y permanecer ahí de la forma más consciente posible para disfrutar de cada instante.

Porque la vida es corta, y esas son las pequeñas (o grandes) cosas que hacen que estar en este mundo merezca la pena.


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