A quién no le ha pasado alguna vez que ha juzgado mal a otra persona y luego se ha dado cuenta de que estaba equivocado... quizá por eso deberíamos pensar muchas veces antes de abrir la boca, ponernos un poco más en el lugar de los demás, y sobre todo, ser menos rencorosos y orgullosos.
No vaya a ser que después de actuar correctamente según nuestro punto de vista tengamos que darnos con un canto en los dientes por darnos cuenta de que eramos nosotros los que estabamos en un error.
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