Un aplauso por los padres que saben tomarse tiempo para sus hijos, que
ven en ellos una bendición y no una obligación, que les transmiten sus
valores y los crían con cariño. Ser padre no consiste en comprar a los
niños con viajes y regalos para no tener que pasar tiempo con ellos, y
hacerles creer que eso es el equivalente al amor.
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