A veces hago cosas cuyo sentido en realidad desconozco. Me envuelve un extraño impulso que no me suelta hasta que hago lo que me dice. Luego, con el tiempo, me doy cuenta de que el motivo fue otro distinto al que pensaba en el momento de hacerlo. Me doy centa de que el enfoque que tenía al hacer lo que estaba haciendo no era el que tengo después de unos días cuando por fin consigo ver el sentido que tuvo lo que hice. Porque, aunque sea curioso, aunque en el momento de actuar no fuera consciente de dónde venía esa necesidad de actuar así, después se me hace luz y lo veo con más claridad que nunca.
Malditos presentimientos, odio no ser dueña de mis actos cuando haceis presencia en mi vida. Espero, algún día, conoceros mejor y poder guiar la fuerza de lo que me queréis decir hacia mis propios actos para no sentirme tan impotente y desvalida cada vez que esto me pasa.
cuando los conozcas, por favor avisa, que deben de ser parientes de los míos, y también los quiero conocer, a los míos digo.
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