Un solo instante.
Suficiente para que tus besos y caricias
dejaran huella en mi.
Fue solo un instante,
el que pude decir que realmente fuiste mío.
Un breve instante,
que de alguna forma se convirtió en algo eterno.
Y como los colores del arco iris
que se perciben durante un solo momento,
tu presencia se transformó en un mero recuerdo.
© Claudia Aragón García
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