La vida sigue con cada minuto que pasa. De nada nos sirve mirar hacia
atrás, ni quedarnos estancados en el pasado. Los errores cometidos son
espinas clavadas en nuestra alma que no curan con rapidez para que no se
nos olvide la lección que debemos
aprender de ellos. Igual que todo proceso necesita su tiempo, la
curación de nuestras heridas es lenta para poder asimilar lo ocurrido y
poder actuar con mayor sabiduría en un futuro. En el círculo de la vida,
todo tiene su sentido. Todo lo que viene... va, todo lo que damos...
recibimos. Y viceversa.
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