Mejor no me nombres aquello de lo que no
deseo hablar,
céntrate en lo que me empeño poderte
demostrar.
No intentes aprisionarme,
metiéndome en una jaula de oro.
Porque escaparé en cuanto tenga
oportunidad.
No me presiones,
exigiéndome amor eterno,
pues alzaré el vuelo y no volveré jamás.
Déjame libre para que pueda ir a donde yo
quiera estar,
y me quedaré a tu lado para toda la
eternidad.
Y nadie es dueño de nadie... ¡Me gusta el texto! :o)
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