sábado, 16 de agosto de 2008

Limpieza


Es una pena que haya personas que se tomen a risa los problemas de los que siempre han estado a su lado dispuestos a escuchar sin ponerse a la misma altura, ofreciendo ayuda en todo momento posible sin ridiculizar a nadie ni ridiculizar ningún tipo de situación.
Los hay que se quejan porque quieren, y cuando alguien sólo ve lo malo de otras personas y no valora suficientemente lo bueno, debería mirarse al espejo antes de juzgar. Y quizá preguntarse quién ofrecía desinteresadamente ayuda cuando tanto lo necesitaba, quién llamaba de vez en cuando para interesarse qué tal iba todo y quíen a pesar de tener sus fallos se preocupaba de corazón.
Quien tanto juzga debería preguntarse el porqué de su propia soledad, quizá ella acompañe a quien la llama a gritos. No hay mayor hipocresía que juzgar la hipocresía ajena y no darse cuenta de la que a uno le acompaña.

Yo por mi parte sigo igual que siempre.

Lo que merece la pena se queda, y lo que no,
simplemente se elimina.

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