sábado, 30 de julio de 2016

Fluyendo


A veces hacemos cosas que nunca haríamos en otras circunstancias, y cuando volvemos la vista hacia atrás nos damos cuenta de que son las mejores decisiones que hemos tomado en nuestras vidas.
Esas que no pensamos, en las que simplemente escuchamos nuestra intuición y la seguimos.

Me alegra volver a tener confianza suficiente en mi intuición, porque ella me guía y nunca se equivoca. Sé que puedo seguirla a ciegas y que no pasará nada.

Gracias a ello, ayer toqué por un momento el cielo con las manos. Cosa que hacía demasiado tiempo que no hacía, y que me hacía mucha falta.

Y sí, esta vez quiero fluir con los acontecimientos, quiero vencer mis miedos y permanecer ahí de la forma más consciente posible para disfrutar de cada instante.

Porque la vida es corta, y esas son las pequeñas (o grandes) cosas que hacen que estar en este mundo merezca la pena.


miércoles, 27 de julio de 2016

Personas


Existen personas con las que hablas cinco minutos y parece un día entero, y otras con las que hablas un día entero y parecen cinco minutos... me quedo con esas últimas, las que te sacan una sonrisa, las que te aportan, las que merecen la pena.


miércoles, 20 de julio de 2016

Esa persona...




Indudablemente, cuando algo ha de ocurrir, ocurre.

Conoces a un montón de personas agradables y no pasa nada, y un buen día ¡ZAS! te pilla desprevenida, te sacude, te remueve, te hace sentir viva. Y sabes que quieres saber más, queres verla, tocarla, sentirla.

Y ya no hay remedio alguno que pueda curar esa enfermedad que nos afecta cuando nos fijamos en alguien y sabemos que es esa persona, y nadie más, la que queremos tener en nuestra vida.

Dedicado a Ainara y Jesús. Enhorabuena por vuestro primer mes juntos. ¡Os adoro!


 

martes, 19 de julio de 2016

Luciérnagas


Ella – Quiero hacerte sentir luciérnagas en el estómago.
Él – ¿Luciérnagas? ¿No querrás decir mariposas?
Ella – No. Quiero decir luciérnagas. Porque las mariposas son bonitas, pero las luciérnagas iluminan tu camino en la oscuridad y te hacen sentir magia. Y deseo que sientas que siempre estaré a tu lado, las luciérnagas se encargaran de recordártelo. Así espero que sea nuestro camino juntos, lleno de luz y magia.


© Claudia Áragón García


domingo, 10 de julio de 2016

Cerca



Porque con algunas personas no hacen falta palabras,
porque lo que te une son los sentimientos 
aún en la lejanía.
Porque el cariño no conoce distancias;
por eso, aunque lejos,
tú y yo estamos cerca todos los días.

Te quiero bixito. 





 

Millions miles (Isotis)



Too far away...



jueves, 7 de julio de 2016

Sobre la vida



Si me preguntaran qué es para mi la vida, realmente no sabría qué decir. Supongo que ha habido momentos, aunque pocos, en mi vida, en los que hubiera dicho que la vida es maravillosa y merece la pena vivirla. Aunque en la mayoría de las ocasiones no es más que un tíovivo que te maneja a su antojo.

Sí, puede que esté en nuestras manos tener ganas de vivir a pesar de todo, pero las circunstancias que nos rodean no siempre son las que creamos. Cuando nos invade una enfermedad a nosotros o a nuestros amigos es cuando realmente abrimos los ojos de que la vida son dos días, y que incluso esos dos días dependen de si el destino - o lo que sea en lo que vosotros creáis - tiene un buen día o no.

Hoy estamos aquí... y mañana quizás ya no. Así de corto e indoloro. Así de triste, y así de fácil. Y aunque sé que soy pesada repitiendo lo mismo, insisto en que por eso mismo es importante tener presente siempre a esos seres que queremos y apreciamos. Incluso los que no hemos tenido la suerte de mantener en nuestras vidas por el motivo que sea. Porque si realmente los apreciamos deberíamos decirles que les queremos, cada día que podamos, y hacerles notar que estamos ahí, pese a todo, en cada ocasión posible.

A veces nos enfadamos, discutimos, no nos entendemos. Pero ¿qué importancia tiene eso a la hora de verdad cuando se aprecia o quiere a alguien? Ninguna en absoluto. En mi opinión es mucho más importante acordarnos de lo bueno y perdonar los errores que otros cometan, igual que seguramente a nosotros nos deberán perdonar en más de una ocasión.

Porque nosotros no decidimos sobre la vida y la muerte, ni la salud y la enfermedad. Pero sí decidimos cómo queremos vivir. Y yo personalmente, aunque peque de tener muy mal genio cuando se tercia, no soy capaz de ser rencorosa y orgullosa. Antes lo era, y mucho. Pero la vida te enseña, y al final aprendes a deshacerte de sentimientos tóxicos e innecesarios.

Porque al fin y al cabo, es mucho más bonito amar que odiar.



sábado, 2 de julio de 2016

Cuando te invade el vacío



Pasa en esta vida que cada vez que piensas que estás a puno de levantar cabeza y ser feliz pasa algo que te deja de nuevo en tus cenizas, y con cada vez que eso ocurre tienes menos fuerzas e incluso ganas de renacer.

He pasado por tanto ya en esta vida que hay momentos que me pregunto para qué volver a empezar con la edad que tengo, sabiendo que al final todo se va al carajo y acabo de nuevo destrozada.
Sé que mi actitud no es buena, pero no sé como cambiarla. Me estoy convirtiendo en antisocial, cuando lo que más me gusta es estar con gente, y sin darme cuenta tengo de nuevo una coraza de esas que lo único a lo que te ayudan es a espantar a quien realmente podría ser una buena persona que quiera estar a tu lado.

Si a eso le unes el tipo de personas con el que doy en esta vida, tampoco apetece mucho conocer a gente nueva. O lo que es peor aún, lo haces porque te apetece y sabes que es necesario, pero de repente te invade el miedo - ¡pánico! -  e inventas cualquier excusa para tirarlos de la vida de la peor forma posible, sin que sepan ni lo que ha pasado porque en el fondo ni tú misma lo sabes.

Ahora mismo me siento vacía. Me siento tan vacía que no me quedan ni lágrimas para llorar, y no será porque no tengo ganas desde hace tiempo. Pero no soy capaz. Por mucho que lo intente, las lágrimas no brotan y es lo que me impide limpiarme por dentro para poder comenzar a respirar de nuevo. Me siento, literalmente, asfixiada.

Estoy en un punto en el que no sé si salir a comerme el mundo a pesar de lo que pueda pasar o meterme en una cueva y esperar a que algún día por fin acabe esta vida y pueda emprender un viaje nuevo, esperemos, que más agradable que este en el que estoy embarcada en esta vida.
Aunque por desgracia, aunque eligiera la primera opción, siento que tampoco sería capaz de hacerlo.

Me falta motivación. Me faltan fuerzas y ganas. Me falta ese algo por qué luchar. Me falta, simplemente, todo lo que se necesita para ser feliz, empezando por mí misma.

Solo queda esperar y ver qué pasa... sola no saldré de este letargo, pero tampoco quiero compañías falsas. Es un círculo vicioso del que no sé cómo salir. Mis mejores amigos tienen sus propias vidas o están lejos.

Y odio sentirme tan vacía, aunque si le viera la parte buena, me daría cuenta de que es lo mejor que te puede pasar para empezar a llenarte de las cosas bonitas que la vida esconde por ahí fuera.

Intentaré pasar el día hoy como uno más... y espero estar mejor mañana, o quizás pasado.

Veremos lo que el tiempo trae y si esta vez consigo volver a renacer o no.