Felicidad

A veces, vamos pasito a pasito por la vida... y en algún momento nos damos cuenta de que en realidad tenemos todo lo que podemos desear. De que aquello que anhelamos está desde hace tiempo a nuestro lado, de que los sueños no siempre se convierten en realidad, pero que la realidad a veces supera los sueños.
Disfrutemos de esas pequeñas cosas que nos trae el día a día en lugar de ir cegados por la vida buscando la perfección, pues la perfección no existe y esas pequeñas cosas que nos encontramos por el camino, sin darnos cuenta, nos pueden traer la mayor felicidad. ♥


© Claudia Aragón García

Grandeza

Eres tan grande que no me cabes en el alma,
tu luz me ilumina tanto que me deslumbra,
tu cariño, simplemente, me desarma ♥

Destino

Y tan cerca hemos estado
sin haberlo sabido.
Quizá se cruzaron nuestras miradas
sin reconocer nuestras caras.
El tiempo pasa y no perdona...
Sólo nos queda el recuerdo
de los errores cometidos
- y esperemos que también -
lo que de ello hemos aprendido.

© Claudia Aragón García

Momentos pasados

Recuerdo perfectamente nuestro primer beso
al son de una bella canción de amor.
El brillo de tus ojos diciendo un "te quiero"
sin palabras pero con mucha pasión.
Recuerdo tiempos perfectos
que nos fueron robados;
tristeza y sufrimiento
quizá por ambos causados.
Es posible que tú no recuerdes
los momentos que juntos pasamos...
Que pensaras que para mi,
sólo fuiste un juego,
un capricho de niña
perdida entre sus sueños...

Créeme si te digo
que recuerdo perfectamente tus lágrimas al partir
y las palabras que antes me susurraste al oído.
Créeme si te digo
que jamás soñé tener un amor como el tuyo,
que se desvaneció con la misma rapidez con la que vino.
Y créeme que te soñé, te lloré, te anhelé...
cada noche de tu ausencia,
hasta dejar que te perdieras en el olvido.
Quizá pueda decir que no amé nunca como lo hice contigo,
aunque sólo fuera

porque no tuvimos la oportunidad de dejar

que lo que deseaban nuestros corazones enamorados
se convirtiera en algo más

que un fugaz momento entre los dos.


© Claudia Aragón García

Tu y yo

Con sólo dos letras puedo describir lo que soy,
lo que he sido y lo que seré:
YO.
En sólo dos letras puedo resumir con lo que sueño,
por lo que vivo y lo que anhelo:
TÚ.

© Claudia Aragón García

Eterna juventud

 
Y mientras ella expiraba su último aliento, él recobraba su vida. Cada gota derramada era un latido de su viejo corazón, cobrando fuerza del sufrimiento de su víctima. Probó la sangre que permanecía en sus dedos, y el sabor dulce y caliente del elixir de la vida le trajo dulces recuerdos de vidas pasadas que apenas conseguía recordar.
Ella le miró antes de que las fuerzas la abandonaran del todo, dándose cuenta de que lo que tenía delante no era un hombre corriente. Quiso amarle y había apostado su vida por él. Una apuesta cara, teniendo en cuenta que él no daba un duro por ella. Prueba de ello era la situación en la que se encontraba. Maríe exhaló un último suspiro. Antes de abandonar este mundo por el resto de sus días, le miró fijamente a los ojos.
Y sin darse cuenta, fue testigo del secreto de la eterna juventud...

Te soñaré

Te esperaré en mis sueños, una y otra vez.
Te esperaré todos los días, incansablemente.
Te soñaré hasta que me parezcas tan real
que por la mañana te veré a mi lado,
sin recordar que por la noche te soñé.

© Claudia Aragón García, 01.04.2013