¿Qué es la vida?
Vivir para sufrir, vivir para morir. Al fin y al cabo todos acabamos muriendo. Y al final de nuestras vidas ¿qué es lo que cuenta? La vida misma es la mejor prueba de que lo único que vale en todo momento es el camino. El cariño que seamos capaces de dar y recibir durante cada día de nuestras vidas. Los pequeños detalles que solemos pasar por alto. Un beso, un abrazo, un te quiero.
La vida hay que vivirla al día, y no dejar nada para después, esperando poder recuperar algo o conseguir por fin lo que siempre hemos soñado. Disfrutemos del recorrido. Aprendamos a creer en nosotros mismos y a crecer día a día. A dar sin esperar recibir. Habrán quienes digan que no se puede ir por la vida de esta forma. Yo, hoy por hoy, diría que es la única forma de la que se debe vivir. Porque sólo así sabremos elegir bien a las personas que deben rodearnos y acompañarnos durante el camino.
Nunca dejéis para después lo que podéis hacer hoy, para dar una muestra de cariño, para decir algo que consideréis importante. Es más importante decir las cosas que callárselas por miedo a estar equivocado o ser rechazado. Nunca podemos saber qué puertas nos puede abrir el valor de ser sinceros y abrirnos a los demás.
La vida cambia, y con ella las personas. Pero aquellos que realmente merecen la pena, siempre estarán a tu lado.
Sólo liberándonos de esos absurdos miedos a tropezar podremos aprender las lecciones y sentirnos libres de encontrar el camino a la verdadera felicidad.
© Claudia Aragón García
