A veces,
en silencio presentes,
pero nunca ausentes.
En ocasiones dolidos, desengañados;
las heridas en silencio sangrando.
Pero siempre conscientes
de que nuestras almas son viejas conocidas
de vidas anteriores vividas.
Pueden venir tormentas más fuertes
que las que hemos pasado;
pero tendremos siempre la certeza
que con el otro contamos.
© Claudia Aragón García
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