Adiós

Parece mentira que aún haya días en los que no pueda evitar pensar en ti. Eras todo lo que necesitaba en mi vida, pero tú te encargaste de fastidiarlo todo con tus mentiras. Y eso que nunca te pedí nada que no fuera un poco de respeto.
Sé que este ha sido el fin, y tampoco quiero que vuelvas; pero no me ha gustado la forma en la que tuvo que acabar. Aunque teniendo en cuenta las circunstancias supongo que es normal.
Pero aún así, no quiero que pienses que existe ningún tipo de rencor ni de reproches, todo lo contrario. Junto a ti he aprendido muchas cosas, buenas y malas, he vivido algunos momentos estupendos que no pienso olvidar, y he conseguido crecer mucho como persona... y aunque a ti quizá todo esto no te haya servido de nada, a mi me ha aportado una vez más una lección de la que tengo algo que aprender. Y también personas nuevas en mi vida que aportan una amistad sincera y desinteresada, que sin conocerte a ti jamás hubiera llegado a conocer.
Por eso he querido subir este post que ya dejé hace un tiempo y que pienso que dice verdades como una casa.
Es lo último que dedico a una persona que ha estado presente en mi vida durante un año, aunque en realidad nunca llegué a conocerla.
Te deseo toda la felicidad del mundo.