miércoles, 6 de febrero de 2013

Trovador de trovadores


Os dejo esta magnífica batalla de palabras entre dos personas por cuyas venas corre la más pura sangre poeta.

¡Espero que os guste!




De un simple comentario, lo que se puede llegar a sacar.
Gracias a mi amigo Samuel, acabamos enrolados en una batalla de versos y rimas.
Aquí podéis contemplarla por completa.

©Manuel García Y Samuel Sinmás 2013


Manuel:
Sólo soy agua que corre como un beso en el fondo de mi pecho.

Samuel:
Y llegando a tu pecho dices  Que tu pecho que es sagrado No puede ser visitado Por mi boca equivocada. Y entonces pregunto Y tú contestas:  Mi pecho no se visita Porque en mi pecho no hay nada.

Manuel:
En mi pecho sólo hay, bajo llave, un corazón anhelante que no busca visitante.

Samuel:
Y qué anhela ese corazón Que yace tan bien guardado Si en tu pecho cerrado No entra nadie de visita? Será que anhela pasión? Será que se encuentra dañado?? O será que espera que alguien Le bese en la primera cita?

Y yo Que no tengo llave Ni tampoco conozco la clave De tamaña desazón Solo te ofrezco mis manos Que a pesar de estar vacías Desean la compañía de tu pecho infranqueable. 

El que quiera callar que calle. El que quiera hablar que hable!

Manuel:
Mi corazón está cerrado por alguien que lo ha dañado.  Con sutileza lo he enmascarado,  Y nadie podrá desenmascararlo. Bajo llave está guardado, Y al fondo del mar la he arrojado. Si eres marinero osado, Podrás recuperarla.

Ve marinero y surca las olas. Si tus manos quieren abrazar mi pecho no sólo has de desearlo, Mas si rescatarlo De ese profundo océano Donde me lo han arrojado.

Samuel:
Sin velero Con osadía Siete mares surcaría Porque tu corazón quiero Y aunque no soy marinero Una espada blandiría  Y mil locuras haría para curar ese pecho.  Para abrazarlo algún día.

No hablo sólo de deseo Hablo de la gran pena De ver un alma buena Que condena al corazón. 

Que un corazón que no vuela No conquista mar alguno.  Que un corazón hundido Muere encallado en la arena. 

Ves? Así te abro mi pecho.  Ves?? Quiero romper tus cadenas!
Manuel:
No lo intentes caballero. No quiero nada nuevo. Sólo deseo tiempo, Y vivir sin prisa.

No quiero otro principio. Mucho menos un final. Rompe otras cadenas, Y no hay más que contar.

Samuel:
Ahí se quede con su pecho Y su corazón anclado Que mañana tengo muchos Mares nuevos que cruzar.

No tendrá principios nuevos Que lleven a ningún final,  Pero a pesar de todo, No le deseo ningún mal.

Siga usted bien feliz Con su pecho encadenado Que mi pecho que está vacío Es arena de otro costal! 

Usted gana este juego Pierde una oportunidad De vivir una aventura De piratas en la mar.

Manuel: 
No hay pirata que se atreva A mi pecho ajusticiar. Ya lo hizo un capitán, Y mi navío hizo naufragar.

No lances maldición, La réplica será mucho mayor. No gano juego, Tal vez pierda una oportunidad, Sólo sé que cuando vuelva a resurgir, Seré como mil.

Coge tu espada y sé feliz, No tengo nada más que decir.

Samuel:
Pues no diga nada más Nadie le ha pedido bendiciones Viviré sin condiciones Y será cuestión de callar!

Capitanes como ese No los quiero yo en mi vida Que para abrir una herida Me basta y me sobra la mar.

Manuel:
Capitanes muy valientes, Hijos de no reyes. Sólo dejan heridos, Y viven son condiciones.

No entregues corazón, Confíe en mí, por favor.

No quieras piratas ni capitanes, Reyes, caballeros o miserables. Quiere yo como un mundo mejor Al lado de alguien que se muestre franco al corazón.

No por presumir, Eres mejor al partir.

Busca un alma buena que tenga otro matiz. Sonríe y sé feliz. Alcanza estrellas, Y cuéntalas. La luna mañana brillará por ti.

Samuel:
Sin argumentos me hallo Y por tal motivo me callo. Será cosa mía Pero lo que era alegría Se tornó en desilusión!

Ni capitanes ni reyes Me hacen falta en la vida Y en lo que al corazón se refiere Eso... Eso es otra cuestión!!!
Manuel:
Recupere aliento, Que cuando nade el muerto, Todo será nuevo, Y quedará muy perplejo

Samuel:
Que el muerto nade de nuevo Con energía renovada Que la vida no dura nada Para gastarla muriendo.  La vida es para volarla Para arrojarla por el cielo Que no hay mayor consuelo Que una vida realizada!

Manuel:
Al nacer la realizamos, Con un pequeño llanto. Pero queda más camino, Que haremos entre risas y llantos.

No muramos en el maltrecho ascenso, Hagamos de la vida más que un sueño.

Samuel:
No es trabajo pequeño Ascender de lo profundo De la peste de inframundo Que nos ha tocado en suerte. Por eso hay que ser fuerte Y vivir con esperanza Y decantar la balanza  A favor de nuestros sueños

Manuel:
No dejemos de soñar, Así aspiramos a mucho más. Olvida el mundo cruel. Ya se encarga de él de no hacerlo olvidar. Coge una escalera, Sal de lo profundo, Agárrate a mis brazos, Hagamos todo mágico.

Samuel:
De sus brazos colgaría Mi esperanza cada día Por eso ofrecí mis manos  Pero usted no las quería!

Manuel:
No piense que no la quería, La distancia lo impedía. Quede en ti la esperanza, De que algún día, De tus brazos podré colgar, No habrá muro que nos pueda separar. Y de alegría Saltar.

Samuel:
Por un momento he pensado, que distancia no existía, por eso esta alma mía, escogió un camino errado. Que nos queden las palabras, que acercan lo lejano Y cuando me des tu mano me llenaré de alegría. Y Emprenderé cada día, con ánimo renovado.

Manuel:
Pensamos que no hay distancia, Mas siempre algo la pone. No era un camino errado, Ni tampoco equivocado. No culpes a tu alma, Sino a un Arlequín ajusticiado. La mano ya te he dado,  Tú me la has robado. Trovador de trovadores, Tú que robas corazones, Emprende el día con alegría, Y hallarás la mía sonrisa.

Samuel:
Tiene razón su merced, la distancia es un invento, un ensueño, puro cuento del que no quiere creer. Pero no hay final bonito/para una historia al revés, que lo que no es no es, y no hay que inventarse un mito.

Manuel:
Al revés un cuento puede empezar, búsquenos pues un inicio como debe ser, y un final que no haga llorar. Deje atrás el mito, y piense en todo lo que le he dicho.

Manuel:
La historia al final ha llegado porque Samuel nos ha abandonado.

Samuel:
 No ha llegado final alguno/no se preocupe la audiencia/haré acto de presencia/hasta por fin acabar./le digo compañero/que a pesar de mis palabras/fatalistas y macabras/aún consigo lo que quiero. Y si tiene a bien permitirlo/me gustaría que dejase/ en mis manos esta historia/que la vida es una noria/ y el final hay que escribirlo.
Y no sea desafiante/que yo no busco el desafío/yo he leído atentamente/pero me estoy haciendo un lío! /me quiere usted?/pero no cerca/le quiero yo? pero estamos lejos. Qué destinos tan complejos/qué locuras nos asisten/si nuestros versos resisten/publicaremos un libro. Este es un buen comienzo/para una historia sin pausa/y tiene muy buena causa/pues el amor es el sino. 

Manuel:
¿Consigues lo que quieres,
Y rehúyes a mi presencia?
En tus manos dejo la historia,
Veamos cómo gira la noria.
Gire y gire sin temor,
A ver que dice el corazón.
No le temo el escribirla,
Mis ojos dice hablan sin prisa.
Coja pluma y tinta,
Y comience a escribir.
No empiece con “Erase una vez…”
Si ha de ser cuento,
Que sea distinto esta vez.
No quiero hadas ni caballeros,
Vayamos más allá de lo que inventaron.

Samuel:
Lo que otros presagiaron/no nos vale en este cuento. Solo creo en lo que leo y no rehuyo a su presencia, quisiera que fuesen vivencias/estas palabras que leo. Que no se quede solo en tinta/que se borra sin quererlo. Veamos pues como gira/las vueltas que da el destino/y emprendamos el camino/que nos lleva por la vida. Que cualquiera lo diría/lo bien que nos entendemos/y aquello que pretendemos/consigamos algún día.

Manuel:
El destino a veces es cruel, y gira sin querer.
Meras palabras son las dichas no quede esa dicha.
Grabaré palabras con tinta en tu piel, y nada podrá borrarlas,
Solo el paso del tiempo hará que se derramen.
El camino hay que hacerlo, la mitad se deduce hecho.
Pero no piense trovador, que aunque le alabe con tesón,
Ha ganado mi corazón.

Samuel:
Tu corazón no he ganado/en eso no tengo dudas/pero quizás si me apuras/ he ganado tu simpatía. Y, la verdad, quién lo diría/no esperaba tal halago/y todo esto que hago/lo hago sin pretensiones. Yo no gano corazones, gano almas amigas, a veces gano batallas, aunque otras están perdidas. Los corazones a su tiempo, por el momento, alegrías!!!!

Manuel:
El alma amiga y simpatía la tienes.
No pienso en pretensiones,
Hablas con razones.
Más vale ganar una batalla que no mil,
Que morir en mil batallas y una no conseguir.
Alegrías en el momento están,
Los corazones difíciles están.
Si te muestras con estas sonrisas,
No tardarás en robar corazones.
Dicho quede pues, grabado a fuego en nuestras retinas,
Estas palabras amigas.
Dejemos por el momento el tema al lado,
Para no alargarlo más de lo deseado.

Samuel:
Queda prueba escrita/del pacto que se ha alcanzado/pacto entre caballeros/no debe ser anulado./Amigos pues desde ahora/y hasta que el papel aguante/que lo que el tiempo escribe/del corazón no se borra.

Manuel:
Así sea.


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