Nuestra vida es lo que tenemos, ni más ni menos. Podemos intentar ignorarlo pero no podemos cambiar el hecho de que, aunque intentemos escapar, nuestro destino nos persigue.
De que pagamos las consecuencias de nuestras decisiones, de que hay personas a las que queremos y que no pueden estar en nuestras vidas como nosotros quisieramos, y otras que están a tu lado aunque no siempre sepamos valorarlo.
La vida no es más que una gran ironía para poder soportar mejor la idea de que uno sólo nace para sufrir y obligarnos a ver hasta la peor noticia como algo que debemos aceptar como algo que forma parte de nosotros.
Tenemos la opción de darnos por vencidos y sentirnos muertos antes de tiempo, o intentar ser feliz día a día y dejar de luchar contra lo que está escrito.
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