Dios sabe que lo intenté.
Pero tú me exprimiste,
me humillaste,
me trataste como a una cualquiera.
Me echaste de tu lado,
haciéndome sentir una y otra vez
que no valía nada.
Y que por mucho que hiciera,
nunca sería lo suficientemente buena
para ser digna de ti.
Lo intenté,
juro que sí.
Pero tú estabas tan vacía
que ni te querías a ti misma.
Que no te diste cuenta en el abismo
que caías
y tampoco querías salvación.
Ahora es tarde.
Yo me consumo sin poderte ayudar,
y tú estás destinada
a vivir con tus sombras,
sin ver tu luz ni la de los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario