sábado, 1 de junio de 2013

Maltrato



Los mayores maltratadores de la historia han sido personas respetables.
Personas que destacaban por su amabilidad y sus buenos modales. Personas a las que les gusta mantener el control de lo que poseen, y su mayor posesión y la que mejor pueden poseer es a la mujer que tienen a su lado.
Primero la convencen de que son tan buenas personas que consiguen que les sigas hasta donde haga falta. Luego, cuando ya estás en sus manos y piensan que no tienes escapatoria, es cuando muestran su cara real.
Sólo a tí.
Sólo a solas.
Te humillan y te hunden hasta que dejas de creer en ti misma.
Te manejan a su antojo, porque si no lo permites tendrás tu castigo, ya sea físico o psíquico o de ambas formas. El respeto se lo has de tener tú a ellos. Y da igual lo que ellos digan o hagan, ya puedes tener cuidado de no llevarles la contraria.
Sólo las mujeres que pasan por eso saben hasta qué punto puede llegar el control mental de este tipo de personas.
Cuando sales de una relación así lo que necesitas es precisamente el apoyo de las personas que te rodean y dicen ser tus amigos.
Las personas que tienen mucho carácter, o lo crean a raíz de sus experiencias vividas, no han de ser precisamente peores personas que aquellas que a primera vista muestran tener un alma pura. Tan pura que son como niños, egoistas y egocéntricos a no poder más, sólo que con los años ese egoismo se convierte en peligroso porque ya no lo tienen bajo control y por mucho que quizá incluso en algún momento sean conscientes del daño que pueden llegar a hacer - consciente o inconscientemente - y deseen cambiar, no lo lograrán jamás. 






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