Hace un tiempo juré que no confiaría en nadie más para evitar que me hicieran daño.
Y aquí me tienes, mostrándote mis vulnerabilidades, confesándote mis miedos, confiando en ti.
Poniendo mi alma en tus manos y mi corazón al descubierto.
No pensé que algún día pudiera volver a sentirme así...
Tan feliz y despreocupada.
Y aquí me tienes, sonriendo cada vez que pienso en ti y dando gracias por tenerte en mi vida.
No te acercas ni lo más mínimo a lo que buscaba...
Eres mejor, mucho mejor de lo que pretendía tener en mi vida.
No eres lo que quería encontrar, pero eres justo la persona que necesito tener a mi lado en estos momentos,
a pesar de las dudas y los miedos que tenía al principio.
Me iluminas con tu sonrisa, me transmites paz y serenidad sólo con saber que existes.
Me gusta tu naturalidad y esa complicidad que tenemos, entendiéndonos con una mirada, sobrando en ocasiones las palabras.
Espero que juntos podamos seguir descubriéndonos y disfrutando de estos pequeños momentos de felicidad durante mucho tiempo...
Pero quiero que sepas que aunque mañana salieras de mi vida, nadie podrá reemplazar estos momentos de risas y ternura que he compartido contigo. Sin duda eres una persona muy especial. Y siempre daré gracias por cada minuto que haya podido estar a tu lado.
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