domingo, 20 de marzo de 2016

Un año más




Un año más acaba el invierno para dar paso a la primavera. Se queman las Fallas en Valencia, simbólicamente todo lo viejo se destruye para dejar paso a lo nuevo. 

Un año más hago resumen de lo que dejo ir y de lo que me quedo, aunque hay cosas en las que no acabo de ponerme de acuerdo. A veces, sabemos que algo ha llegado a su fin pero nos negamos a asimilarlo. Otras, empieza algo de lo que no estamos seguros. Y en ocasiones, simplemente, no sabemos si algo que hay desde hace tiempo en nuestras vidas nos tiene cansados por motivos ajenos o por uno mismo.

Porque en ocasiones lo que nos molesta no es lo que viene de fuera. En ocasiones, nos molestan algunas cosas de fuera porque hay cosas dentro de nosotros que no acabamos de asimilar. Que no sabemos como procesar, ni qué hacer con ellas.

Demasiadas veces en esta vida, lo que nos molesta, más que ser lo que tenemos en el presente, tiene que ver con ciclos que no hemos acabado de cerrar. Y es ahí cuando uno se pregunta si algo bueno ha de estar en nuestras vidas aunque a veces nos moleste, es ahí cuando debemos tomar un poco de distancia y mirar dentro de nosotros.

Este año, pensaba que tenía muy claras las cosas. Las Fallas se queman, se cierran ciclos, y lo que no sirve se va. 

Lo malo es que por momentos me doy cuenta de que sí sirve, me ayuda y me hace crecer. Me doy cuenta de que lo que me molesta no es más que un espejo de lo que no me gusta de mi misma. De que es mi tarea pendiente asimilar, crecer y evolucionar.

Tarea nada fácil, pero tarea imprescindible y que tengo pendiente.

Le doy la bienvenida a la primavera, agradeciéndo que sea consciente de ello y con el firme propósito de ponerme manos a la obra para poner los andamios y empezar las reformas en mi interior. Al menos, ya he dado el primer paso para saber qué hacer para sentirme mejor.

Por una primavera llena de cambios positivos en mi vida y en la vuestra. 

Namasté


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