martes, 6 de diciembre de 2005

Lecciones


Estoy aquí, con la mirada perdida sin saber qué escribir, o mejor dicho, como expresar todo lo que siento.
Son tantas cosas las que han pasado en tan poco tiempo que me siento como una lavadora en pleno centrifugado.
Soy de las personas que piensan que todo en esta vida sucede por alguna razón. Partiendo de esa base, es cierto que me valió de mucho conocerte de la forma que te he conocido durante todo este tiempo para conocer esa parte tuya que muy poca gente conoce. Esa parte sensible, cariñosa y llena de temores que todos tenemos.
Siempre he juzgado con máxima dureza a las personas que no luchaban por lo que querían, a los que pecan de cobardía... así que de nuevo he caido en decir "de este agua no beberé" para pegarme un buen trago. Fui cobarde de no decir a tiempo lo que me estaba pasando, por miedo a perderte, ante todo, como amigo. Era muy cómodo seguir como estaba todo, y muy bonito tenerte a mi lado en esos momentos que necesitaba compañía. Era demasiado bonito compartir las cosas con alguien tan parecido a mi... no tuve la fuerza de ser sincera.
Pensándolo bien sólo hubiera tenido las de ganar, hubiera salido bien, o mal, pero al menos hubiera sabido si tenía una mínima oportunidad. Pero me ganó la COBARDIA. Creo que eso es lo que más me duele y lo que jamás me perdonaré a mí misma.
Ahora sólo espero que todo pueda volver a la normalidad. No te voy a mentir, no tengo ganas de reir y menos de pensar con quien pasas tus ratos libres. Pasará un tiempo hasta que sea capaz de oirte hablar de ciertas cosas, y espero que lo entiendas. Tú no eres responsable de lo sucedido, somos adultos y ya sabíamos lo que había. Pero hay cosas que no se controlan, o mejor dicho yo no quise controlarlas, quise arriesgarme a ver qué podía pasar o no.
Sabes, soy feliz por cada momento compartido contigo, por cada momento de risas, de confidencias, por cada abrazo que me dabas cuando lo necesitaba, por esos momentos en los que yo intentaba darte ánimos cuando estabas triste o dolido. Cada uno de esos momentos ha merecido la pena, así que no tengo porqué arrepentirme de nada. Cada uno de esos momentos me ha enseñado una faceta distinta tuya que no conocía antes. Y creo que no me equivoco si digo que estamos muy unidos por todos esos momentos y por el cariño que nos tenemos.
Por todo eso, y porque te quiero, ante todo como persona y amigo, prometo no fallarte.
Espero que realmente encuentres la felicidad que tanto buscas y necesitas tener en tu vida. Espero que seas feliz con las decisiones que tomes y los caminos que andes. Espero estar a tu lado para poder verlo y compartirlo contigo. Porque si tú eres feliz, yo también lo seré.
Mentiría si no reconociera que cada una de estas palabras está escrita con una gota de llanto mañanero... pero es lo que hay, la vida nos hace pasar por situaciones bonitas y otras difíciles, y todas ellas nos enseñan algo. De esta he aprendido quizás no ser tan dura en determinadas situaciones y no juzgar antes de saber. Cada persona, cada situación tiene sus circunstancias.
Ahora me queda elegir si quiero darte la espalda o quiero seguir a tu lado como lo que siempre he sido... tu mejor amiga. No hace falta que te diga cual de las dos opciones eligo ¿cierto?
Ahí estaré... para lo que necesites.
Te quiero.

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