viernes, 2 de diciembre de 2005

Fin



Fin de mes. Objetivos cumplidos. Pero como todo en esta vida, no es ninguna garantía para nada. Sólo para asegurar la que la nómina a final de mes da lo suficiente para seguir tapando agujeros y garantizarte que llegas a final de mes (mejor o peor, pero llegas).
Hago resumen del tiempo pasado y me encuentro satisfecha conmigo misma. Soy buena en mi trabajo. Mi hija este finde se ha cogido vacaciones... se iba hasta el domingo, pero al final se va hasta el martes (quién tuviera su edad). Yo no me puedo quejar. Pasaré estos días en compañía de mi gente.
Y hablando de mi gente me planteo que como todo lo que tiene un principio ha de tener un final, debería cortar con algo que me llena demasiado como para seguir con ello. Suena contradictorio ¿verdad? Pero ambos sabemos a qué jugamos... sólo que para mi ya no es un juego.

Y me duelen tanto algunas pequeñas cosas que no sé si debo seguir o debo apartarme y dejarte hacer tu vida. Eres libre, necesitas serlo. Y yo también. La verdad es que nunca he pretendido cortarte tus alas, jamás se me pasaría por la cabeza pedirte eso... porque sé que es un imposible. Pero al mismo tiempo me planteo que algún día conocerás a alguien con quien tú mismo quieras dejar de volar... y quedarte a su lado. Y la verdad, para qué engañarnos... no soporto la idea. No quiero ser testigo cuando eso ocurra. No quiero que esas cosas puedan afectar nuestra amistad, porque ante todo, somos amigos y no quiero volver a arriesgar eso. Ahora es distinto, ahora me importas... demasiado como para arriesgarme a perderte. Y si eso significa que para mantenerte a mi lado he de dejar de verte como te veo ahora, así lo haré.
Sabes, es curioso. Nunca me había visto en una situación así... y es cierto, somos adultos y sabemos lo que queremos. Pero de ahí a mandar sobre lo que sentimos va mucho, creo que tú lo sabes tan bien como yo. Tantas veces he intentado hablar contigo, y todas ellas he callado por miedo a perderte. Pero siento que me hago daño yo misma, así que tengo que ser sincera, pase lo que pase. Y es cierto, ya ves. Con lo directa y clara que soy... en el fondo soy una cobarde. No me siento con fuerzas para decirtelo cara a cara... no me siento con fuerzas tener que oir aquí se queda esto mirándote a los ojos.
Me pregunto en qué momento sobrepasé el límite. Y sinceramente, no lo sé. Ni yo misma me di cuenta, por eso no pude evitarlo. Y ahora es tarde. Sólo espero que algún día me puedas perdonar... por quererte.

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