sábado, 26 de enero de 2013

Libérame


Estoy cansada de falsas amistades, de corazones rotos, de promesas incumplidas.
De ilusiones que se evaporan, sueños desvanecidos.
No me valen las palabras, porque las palabras se las lleva el viento y lo que quedan son los hechos. Y si estos brillan por su ausencia, no mereces estar en mi vida.
Así que por favor, aléjate de mi y de mis amigos, haz tu vida y haz tus propios amigos... y si no sabes, aprende. Igual que todos hemos aprendido en esta vida.
No soy tu maestra, ni tu madre, y para criar ya tengo a mi hija. Así que por favor, sal al mundo, vuela, cae, levántate, y sobre todo, aprende.
Y cuando hayas aprendido a ser amigo de verdad, aquí estaré.
Pero no me hagas perder mi tiempo ni mis fuerzas creyendo en alguien que no se lo merece.
Lo siento. Necesito mis fuerzas para poder levantar cabeza y poder estar bien para cuidar de mi y de mi hija. No puedo permitirme perderlas en alguien que no hace más que absorber mis energías, y aun así, no es capaz de aprender nada. En alguien que dice confiar en mi, pero no confía. En alguien, que resumiendo, no merece la pena.
Sal de mi vida, libérame de una vez de esta cárcel sin barrotes en la que se ha convertido todo. Así tendrás esa libertad que reclamas, y que yo necesito mucho más que tú.







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