miércoles, 18 de septiembre de 2013

El amor y tú



"El o ella es mi luz en este mundo de ilusión.
La vida es una escuela y las relaciones son la universidad.
Tú has terminado cuando logras amar incondicionalmente.
Es necesario reconocer la luz en los ojos del otro.
Es necesario mirar a través de las nubes y reconocer la luz tras ellas, incluso las nubes son parte de la escuela.
Los defectos son los efectos especiales para purificarnos y unirnos con la totalidad. Esa unión sólo es posible cuando tu mente es ecuánime.
El silencio de la serenidad de la mente es lo que se traduce en ecuanimidad.
No necesariamente feliz, pero si en paz.
A veces el otro necesita ser agresivo o acusarte. Pero tú sabes que en realidad no es contigo, sino que con el mismo. Tú solo eres el espejo de sus sentimientos, forzándote a reconocerlo o amarlo.
La prueba más difícil es dejar el otro libre, incluso libre de no amarte. ES una gran prueba en el camino del corazón.
Incluso el corazón del otro es una ilusión. Todo lo malo que te dice es un mecanismo de defensa para protegerse. Detrás de eso hay un miedo de sentirse herido.

Si sientes la llamada para ser un guerrero de la luz, esta prueba está en tu camino. El que se ofende es la idea de ti. Es el niño que tienes dentro el que se ofende.
Hasta que puedas manifestar la ecuanimidad mental, que comienza cuando dejas de identificarte con tu ego, serás puesto a prueba.

Quizá no lo recuerdes, pero tú te matriculaste en este curso, te encarnaste en este cuerpo y ya no hay como retroceder.
Tú encarnaste en este planeta que es una escuela de amor consciente.
Lo has logrado cuando comprendes que no hay diferencias entre el amor y tú.

El amor no es una creación de la mente, es un estado del ser.

La máscara de la indiferencia te impermeabiliza de la rabia, pero también de lo bueno. El estado de ecuanimidad no significa retraimiento. Lo mismo que usar la máscara del amoroso, porque detrás de esa cara linda está: "Ten cuidado que en cualquier momento te pego".

En estado de ecuanimidad tú sientes el dolor del otro, pasa a través de ti. Tú transformas dolor en compasión. Tú estás viendo al otro. Estás viendo las sombras y comprendes que estas sombras son una proyección de la mente para protegerse. Esto es una ilusión.
Cuando comienzas a estar maduro ves que es una manifestación del niño herido. Incluso si te das cuenta que es tu niño el que está actuando.
Más importante que todas las técnicas es conectar con el corazón liberado de un maestro porque es ahí cuando tu corazón puede liberarse. Es ahí cuando empiezas a sentir la verdadera libertad y sentir la gracia de lo eterno. La verdad es la que te ayuda a salir del laberinto de la mente. Para eso tienes que estar dispuesto a observar las subidas y las bajadas."

Prem Baba



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