Amor:
Ya tienes en tus manos
la llave de mi corazón,
mi mayor ofrenda,
dejar caer mi armazón.
Ya llevas mi marca
en tu piel grabada a fuego.
y tienes mi alma servida
en bandeja de plata.
Ya no hay vuelta atrás,
ni forma de escapar
de este embrujo que me consume
de ganas de fundirme contigo
y no soltarte jamás.
Ya no queda orgullo en el que refugiarme,
ni puedo ya protegerme
con las barreras que duré en construir
durante tantos años
para que nadie más me hiciera daño.
Aquí me tienes,
desarmada e indefensa,
a la merced de lo que quieras hacer de mi.
En tus manos queda decidir,
si mueres por mi y me haces feliz
o prefieres cerrar los ojos ante este total rendimiento,
demostrándome que no tienes los mismos sentimientos
y dejándome morir por ti.
© Claudia Aragón García
y dejándome morir por ti.
© Claudia Aragón García
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