martes, 29 de mayo de 2018

Todo saldrá bien



Hoy hace una semana y un día que un miembro más llegó a nuestra familia, y debo decir que es lo mejor que me había pasado desde hace mucho, mucho tiempo.

Mi pequeño nieto Bryan nos mantiene ocupados babeando y velando por él. Se porta genial, come, duerme y hace sus necesidades y por lo demás no hay niño en casa. 

Puede que dure poco o que dure mucho, desde luego, si le ha salido a su madre, le durará bastante. Y si no, tampoco pasa nada.

Pero no os podéis imaginar la felicidad que trae a casa un pequeño pitufo como él. Un niño es, siempre, una bendición. Da igual lo difíciles que sean las circunstancias. Hay personas que con mucho menos son padres y son la mar de felices. 

Y ya puedes tener un día de lo más jodido, que en cuanto le miras a esos ojazos que tiene o le ves sonreir o le oyes hacer algún ruidito tipo patito de goma te lo comerías vivo a besos y ya no recuerdas nada más que lo feliz que te hace sentir tenerlo aquí.

Y qué decir de mi hija... estoy tan orgullosa de ella. Es una madraza. Incluso en el hospital le dijeron que daba gusto ver a una madre tan abnegada. Y eso con sus 16 años es algo que no todas tienen tan claro. Pero para ella, su hijo es lo primero. No le importa las veces que tenga que darle el pecho al día o por la noche, ni cuántos pañales tiene que cambiar. Ella está pendiente de él las 24 horas del día.

Eso me demuestra, que por mucho que muchas personas quieran decirme que lo hago todo mal con mi hija, he hecho muchísimas cosas muy bien con ella. Le he transmitido los valores de una familia unida, le he enseñado a base de sacrificio y esfuerzo lo que es ser una madre abnegada que vela por su hijo/a por delante de cualquier otra cosa, y sobre todo, le he enseñado a mostrarle todo el cariño y amor que siente por él.

Sí, hay muchas cosas que aún tengo que arreglar en mi vida. Pero una cosa detrás de la otra. Y sé que al final, todo se arreglará. Lo más importante es esa energía que me da la felicidad de sentir que todo está bien entre nosotras, que nos apoyamos y ayudamos mutuamente, y que ahora somos una familia de 4, para lo bueno y para lo malo.

Quién lo hubiera dicho. Yo que siempre quise una familia y pensé que no había forma humana de conseguirla, por fin tengo una familia unida con mi hija, su novio y mi nieto. Y es que la vida da muchas vueltas y tiene una forma curiosa de darnos lo que deseamos cuando menos lo esperamos.

Ahora toca ver crecer al peque y unir esfuerzos para que no nos falte de nada. Pasito a pasito y con fé en que todo saldrá bien. Porque estoy segura de que así será.




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