Formas de amar

En el último post, una amiga decía en uno de los comentarios que debemos aprender que no todos buscan ni quieren lo mismo que nosotras. Quizas nosotras solo entendamos el amor de una forma y no veamos que quizas haya infinidad de formas distintas...
Y me planteo la veracidad de esta frase, aunque ella la haya puesto inconsciente de la gran verdad que esconden esas palabras.
Hay personas, como ella y yo, que necesitan expresar en todo momento lo que sienten, y también necesitan constantes demostraciones de lo que la persona a nuestro lado siente por nosotras. Nos preocupamos por el bienestar de esas personas a las que queremos y se lo hacemos saber, pero no nos damos cuenta que hay otra clase de personas, que son las que no expresan sus sentimientos de la misma forma, las que en lugar de hablar cuando les sucede algo, prefieren el silencio, quizás en parte porque piensan que así nos protegen de algo (aunque sin querer, sólo logren todo lo contrario).
Son dos formas de ser tan distintas, que aunque a primera vista pueda parecer que se complementan, sólo traen problemas, porque a las que prefieren el silencio les agobia tener ahí a alguien intentando indagar lo que les pasa y a las segundas nos revienta no saber lo que pasa por la cabeza de la otra persona y saber que está sufriendo y no poder hacer nada para evitarlo.
Eso a veces crea muros que son difíciles de superar si no se es consciente en la distinta forma de ser de las dos personas, por este motivo en estos casos se necesita mucha paciencia para que todo pueda salir bien, y evidentemente, un esfuerzo por las dos partes para que no haya malentendidos que sólo llevan a empeorarlo todo. De nada sirve que uno esté entendiendo lo que está pasando si el otro sólo ve su punto de vista, pues entonces nada tiene sentido.
Dedicado a mi anónima, tú ya sabes quién eres.