sábado, 13 de agosto de 2005
Reflexión
Vacaciones bien merecidas. Ya estoy en mi destino y como he venido decidida a pasarlo bien, es justamente lo que estoy haciendo. Mejor no hablo de la resaca que llevo que vais a pensar mal de mi con lo buena chica que soy (o eso dice mi madre).
Es cierto que he venido a ver a mis amigos, y más cierto aún que ahora más que nunca sé a quienes les puedo llamar a si y a quienes no.
No entiendo como puede haber personas en este mundo que no se dan cuenta de lo que otros les dan. No entiendo como no son conscientes el daño que hacen. Nunca entenderé como algunas personas son capazes de formarse un caparazón y preferir la eterna soledad a compartir su vida diaria con las personas que las quieren.
Duele, si, y mucho, darte cuenta que todo lo que llevas haciendo desde hace meses no cuenta para nada. Que un monitor y un teclado y un mundo irreal es más importante puesto que ahi puedes hacer lo que quieras y hacerte el fuerte cuando en realidad eres el ser más vulnerable del mundo.
Ahora más que nunca se refuerza mi idea de salir de ahi, de dejar ese mundo de locos en el que la mitad de las personas (o más) no distinguen lo que es la vida real de la vida irreal. En el Chat todo es genial, todo es perfecto. Para algunos ni eso, porque hasta eso les agobia, pero en lugar de salir a la vida real y dar la cara, y luchar por ser felices esconden la cabeza bajo tierra como los avestruces y sólo quieren pasar desapercibidos, que nadie les hable, que nadie les haga sentir, porque prefieren estar muertos que abrirse a la vida.
En realidad esas personas no pueden dar más que pena. No tienen amigos reales, sólo viven de sus fantasías, qué bonito es vivir asi... mientras no te das cuenta que todo es un castillo de algodón, que todo es una enorme mentira. No se dan cuenta de que puedes ser una amiga, pero no cambiar su vida, si ellos no quieren. No se dan cuenta ni siquiera de que tienen personas que están dispuestas a ofrecerles la más sincera amistad y el más incondicional apoyo en los momentos buenos y sobre todos en los malos. Se han cruzado con tantas personas malas, que dejan pasar de largo las buenas por si acaso. Y prefieren la soledad.
Y me pregunto cómo puede haber personas que no se dan cuenta que estan muertos en vida.
Y cómo no son conscientes de que vivir es bonito, aunque haya cosas que no sean perfectas.
De que sentir nos hace vivos y el dolor nos hace fuertes y nos hace aprender de nuestros errores.
Y me siento impotente de ver que tantas y tantas personas estan en esa situación y nadie les puede ayudar porque no son conscientes y por lo tanto no tienen la actitud adecuada para salir de ello. Aunque siempre queda la esperanza
Y también la certeza de que para estar bien yo, no he de librar batallas que no son mias y menos si están perdidas de antemano.
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