Hay momentos en la vida en los que a pesar de
tus miedos
decides seguir adelante y volver a arriesgar,
porque la vida
sin riesgos se convierte en la más pura monotonía...
Y porque no se puede ganar nada si no se arriesga.
Y porque no se puede ganar nada si no se arriesga.
La vida tiene sus momentos buenos y sus momentos malos,
pero no por eso se nos debe olvidar
disfrutar
de esos instantes que la hacen ser emocionante,
que hacen
latir con más fuerza nuestro corazón,
que nos hacen soñar
y nos dan
fuerzas para creer en un mañana mejor.
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