Anoche pensé en ti, y no dudé en escribirte un mensaje.
Al ratito, sin que lo hubieras leído aún, recibí uno tuyo.
De nuevo, ambos pensamos en el otro justo en el mismo momento.
Si hay una cosa que me encanta, son estos pequeños momentos de telepatía que tenemos a veces.
Quizá tengamos tanta empatía el uno con el otro, que a pesar de la distancia podamos sentir cuando el otro nos piensa.
Por eso, nosotros llamamos destino a lo que algunos llaman coincidencia. ♥
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