domingo, 10 de diciembre de 2006
Palabras de corazón
Hace ya casi un año publiqué un post que se llamaba "No me dejes sola" para alguien muy especial en mi vida. Este post va dedicado a ella, a mi niña, mi Nusky.
A pesar de la alegría e ilusión de la que hablo en mi post anterior, y de muchas cosas buenas que me están sucediendo, todo sigue empañado por la preocupación en cuanto a tu salud.
Con tus 26 añitos has vivido muchas más vivencias de lo que muchas personas jamás llegan a vivir. Nunca he estado de acuerdo con aquella frase típica de "y qué sabrás tú de la vida con lo joven que eres" que dicen muchas personas mayores. Qué mejor ejemplo que tú para darme la razón.
Cuando publiqué aquel post me acababas de dar la noticia que después de estar operada de un tumor de estómago se te había reproducido y que había que operarte. Gracias a Dios (o quién haya ahí arriba, o donde sea), ese tumor es benigno, pero aún así tu salud no se restablece y no te han podido operar a pesar del tiempo que ha pasado. No coges peso. Vomitas todo lo que comes y ultimamente ya ni eso, porque prácticamente solo te alimentas de goteros.
Estas enclaustrada en un centro, que por mucho que sea para tu bien, te tiene encerrada, alejada de la vida cotidiana, triste, y aunque tú intentes disimularlo, cansada y amargada a ratos.
Muchas personas en tu lugar ya se habrían desesperado, habrían tirado la toalla. Pero tú sigues con tu sonrisa, poniéndole buena cara a que algún día tu vida pueda ser la de una chica normal de tu edad.
No entiendo porqué la Seguridad Social no cubre todo tipo de medicaciones necesarias, porqué una persona como tú, con toda tu vida por delante, ha de estar con este tipo de problemas en lugar de contar con todas las ayudas posibles para estos casos. Porqué son tan importantes las inversiones en genética, salud, medicinas... si luego no hay quien se las pueda pagar cuando hace falta porque la Seguridad Social no está para pagar esos gastos.
Sé que eres orgullosa y quieres valerte por ti misma, y pasarlo tú sola.
Y tú sabes, que haré todo lo que esté en mis manos para poder ayudarte... en lo que sea. Me siento triste, importente y desolada por no poder estar a tu lado cuando más lo necesitas. Las dos sabemos que podemos contar la una con la otra, pero ni podemos vernos, ni darnos un abrazo, ni un beso. Ni sentarnos diez minutos tranquilamente a contarnos nuestras cosas.
Sé que estás al corriente de todo lo que me está pasando y que te alegras mucho de que empiece a irme mejor después de tanto tiempo de malas experiencias en muchos sentidos. Pero nada me llenaría tanto como poder contar contigo en estos momentos, teniéndote a mi lado y celebrándolo aunque sólo fuera con unos momentos de risas y complicidad.
Quiero que sepas que para mi sigues siendo una persona increible. Ya sabes que nos parecemos mucho. Parecemos fuertes, o los demás nos creen así, pero ninguna de las dos logra engañar a la otra porque somos iguales. Cuanto más sonreimos, peor estamos por dentro, y aunque no lo digamos, agradecemos en esos momentos tener a alguien a nuestro lado que nos entienda sin palabras.
No tendré nunca palabras suficientes para describir como me siento por tenerte como amiga. Ni como me siento por no poder darte lo que necesitas para ser feliz. Ni poder ayudarte para que puedas llevar una vida normal.
Pero sé que cuando leas este post sabrás que lo digo de corazón, y que te quiero con locura.
Por ese motivo también te quiero dedicar estas Navidades a ti... por estar siempre presente en mi. Y en todos los brindis que haga, estarás presente con un deseo que es el único y verdadero que tengo este año para ti : TU SALUD.
De corazón espero que podamos celebrar el año que viene muchas cosas juntas e irnos muchos días por ahí recordando estos malos días pasados para ambas como un mal sueño; y al final, hacer lo que ya nos toca... disfrutar de la vida.
Te quiero mi niña.
viernes, 8 de diciembre de 2006
Días de magia
Otro año más se acercan las Navidades, esos tiempos que desde siempre han estado unidos con amor, bondad, perdón., y tantas cosas más que en la vida diaria sólo suenan a cuentos de hadas.
La verdad es que durante muchos años solamente he podido ver en estas fechas el consumismo y materialismo de los mayores y, sobre todo, de los centros comerciales y peces gordos del negocio.
Se me había olvidado con la ilusión que yo de niña esperaba estas fechas tan marcadas para celebrarlas junto a mi familia, cantando villancicos, haciendo pasteles de navidad con mi madre y montando el árbol entre todos. Esperando con esa carita de ilusión que cualquier niño pone, a ver si Papa Nöel me traia los regalos que tanto deseaba.
La mayoría de los que me leeis sabeis que nací en Alemania y allí los Reyes Magos no se celebran, pero os aseguro que para cualquier niño son igual de importantes Papa Nöel, los Reyes Magos, o como se quieran llamar o celebrar en cualquier otra parte del mundo... a veces se nos olvidan esos pequeños detalles y solamente vemos lo que queremos ver, el punto de vista de los ADULTOS.
Y justamente ahí es donde quiero llegar... mis Navidades dejaron de ser felices cuando mi padre cayó muy enfermo teniendo yo 13 años y falleción teniendo 16. Nunca más supe lo que eran unas Fiestas llenas de Amor con tu familia, llena de ilusiones; porque me faltaba una de las cosas más importantes en la vida.
Pero a veces, de tanto mirar lo que nos falta, no vemos lo que tenemos. Y esa lección, precisamente este año, me la ha enseñado otra personita que es la más importante en mi vida : mi hija Ainara.
Ella es la persona de la que hoy por hoy creo que tengo más cosas por aprender, la más pequeña y al mismo tiempo la más grande en mi vida.
De quién, sino de nuestros hijos, podemos volver a aprender a valorar el amor desinteresado, el perdón sin necesidad de penitencia, la sonrisa y no darle importancia al llanto de hace unos minutos...
Nos hacemos mayores y pensamos que aprendemos y nos hacemos más inteligentes, pero en realidad la vida nos cambia, haciéndonos olvidar los valores más importantes para poder ser felices. Sólo los niños, con su inocencia y ingenuidad nata tienes intactos esos valores, que por sí solos carecen de valor porque si no aprendes a adaptarte en esta vida te hundirán y se aprovecharán de ti. Pero eso no significa que tengamos que eliminarlos, pues no hay nada más importante para una vida en paz que poder estar feliz con uno mismo, y aunque parezca mentira si somos rencorosos o vengativos, olvidando saber amar y perdonar desinteresadamente, nada de lo que nos rodea tendrá nunca el sentido que intentamos encontrarle (Porque en el fondo todos buscamos lo mismo ¿verdad?).
Mi hija cumple 5 años el día 8 de enero. Fue el mejor regalo de Reyes que jamás pude imaginarme, y con cada año que pasa me demuestra con creces que es lo mejor que tengo y jamás tendré en mi vida. Me contagia su vida, su paz, sus ganas de comerse el mundo y aprender cosas nuevas. Derrocha ilusión allá donde vaya.
Este año, tendrá muchos regalos de Papa Nöel, los Reyes Magos, de cumpleaños... casi todos ellos juntos. Pero yo sé, que aún siendo lo pequeña que es, lo más importante para ella no son los detalles materiales, sino lo que debería ser lo más importante para todos nosotros : poder compartirlos con los seres que más quiere y la quieren.
Por eso, este año, y a pesar de mi pesimismo de los últimos años sobre estas fechas, quiero dedicarselas muy, muy especialmente a la niña de mis ojos.
A la niña que yo le di la vida hace casi cinco años, y que me ha devuelto la vida a mi, incluyendo toda la ilusión y felicicdad que ni yo ni nadie nunca debe perder..
Gracias por devolver la magia a mi vida, gracias por ser tú magia en mi vida.
Nunca dejemos de ver la vida a través de los ojos de un niño, pues son los únicos que no están contagiados por la sociedad en la que vivimos.
FELICES FIESTAS A TODOS.
miércoles, 15 de noviembre de 2006
Vaso medio lleno... ¿o medio vacío?
Hablando de inspiración, hoy parece que se haya concentrado en mi, después de brillar por su ausencia (o como menciono en el post anterior, después de brillar yo por mi propia ignorancia hacia la misma) por tanto tiempo.
Hoy quiero hablaros de los cuentos de hadas. A todos nos gustan porque siempre tienen final feliz. A todos, de pequeños, nos contaban historias de superhéroes y de princesas desdichadas cuya vida cambiaba por un hada madrina y acababan siendo felices y comían perdices. Siendo así ¿cómo no vamos a seguir soñando despiertos de mayores esperando ese amor perfecto, esa oportunidad única en el trabajo, o incluso que nos toque la lotería de salir de nuestras (a veces un tanto patéticas y tristes) vidas?
Lo malo es que en la vida real, eso no suele ocurrir. ¿Verdad? Así que despertemos. No va a venir nadie a sacarnos las castañas del fuego. No vamos a encontrar la felicidad absoluta (entre otras cosas, porque no existe). La felicidad no consiste en que alguien de repente haga acto de presencia con sus poderes mágicos y te solucione la vida.
Más bien creo que consiste en dejarse los dientes luchando, en apreciar lo que poco a poco vamos consiguiendo con el sudor de nuestra propia frente, y sobre todo, en conformarse con lo que uno tiene.
¿Os habéis dado cuenta que, tengamos lo que tengamos, siempre estamos insatisfechos? Y es que el ser humano es único. ¿Cuantos de nosotros tenemos comida, techo, trabajo y amor, y aun así nos quejamos de lo mal que nos va? ¿En alguno de esos momentos pensamos en las personas que están peor que nosotros? Noooooooo, solamente en las que están mejor… que si a fulanito le ha tocado la lotería, y fijate el tío que se ha ligado menganita que la ha sacado de pobre.
Y digo yo, qué orgullo podemos mostrar de las cosas que nos caen del cielo y cuánto tiempo suelen durar? Yo creo que sí puedo mostrarme orgullosa de todo lo que me he currado yo misma, por lo que he luchado hasta conseguirlo, lo que tanto he deseado y al final conseguí pero nadie me regaló. Nos fijamos demasiado en la vida de los demás y empleamos demasiado poco tiempo en analizar nuestras propias vidas. En lugar de conformarnos con lo que tenemos y darnos cuenta que muchas personas nos envidiarían por lo que tenemos, solamente vemos lo que nos falta.
Si tenemos hijos, en lugar de ver lo que podemos aprender de ellos nos quejamos el tiempo que nos quitan, el trabajo que nos dan y las malas notas que nos traen. Pero ¿cuántos padres se paran en compartir realmente tiempo con sus hijos y ayudarles a crecer en lugar de simplemente juzgarlos porque no son como ellos quieren que sean?
Si tenemos pareja siempre le diremos lo que nos molesta… pero ¿cuántas veces los elogiamos cuando hacen algo bien en lugar de darlo por hecho?
Si tenemos trabajo ¿cuantos de nosotros nos pasamos el día quejándonos lo agobiados que estamos y lo mal que estamos? En lugar de darnos cuenta muchas personas no tienen la suerte de tener trabajo alguno. O que se pasan horas de pie haciendo trabajos manuales, mientras nosotros estamos en un lugar seco sin hacer esfuerzos físicos (por muchos esfuerzos psícicos que hagamos, pero nuestro cuerpo está sentadito mientras tanto). ¿Y porqué, si es tan malo el trabajo en cuestión, muchos se quejan y se quejan, pero siguen años en el mismo puesto sin hacer nada por mejorar? ¿Será que no es tan malo?
Si tenemos amigos sólo sabemos quejarnos el tiempo que están sin llamarnos, en lugar de ser capaces de perder ese ORGULLO tan característico del ser humano, y coger nosotros primero el teléfono.
Y es que en todo lo que hacemos, en todo lo que somos y en todo lo que vivimos, SIEMPRE hay una parte buena.
Lo difícil es darnos cuenta de ello y asimilar que en realidad hay muchas cosas que nos pueden hacer felices mientras perdemos el tiempo quejándonos de lo mal que nos va. Como todo en esta vida, es cuestión de ACTITUD, y para empezar a tener la actitud correcta es imprescindible la VOLUNTAD.
Y ahora que ya he acabado de daros el sermón quizá os apetece miraros al espejo y preguntaros porqué os sentís tan frustrados si en realidad la mayoría de vosotros tiene (casi) todo lo que una persona en condiciones normales pueda pedir.
Yo, particularmente, he encontrado mi particular cuento de hadas. Tengo mi hada preciosa que todas las noches me da un beso, un abrazo y me dice que me quiere. Y repite el ritual todas las mañanas.
Tengo a mi madre que dio luz a mi vida, y a la que, por mucho que por momentos no la soporte (como la mayoría de los hijos no soportan a sus padres), quiero un montón. La falta de mi padre a temprana edad me hizo comprender a la fuerza que esas cosas mejor se dicen antes de que sea tarde.
Tengo a mi chico, que aunque sea a veces de efecto retardado y un pelín desastre, lleva dentro de sí todo el amor del mundo y desborda buena voluntad.
Tengo a mis amigos, que aunque no me llaman todos los días, están ahí cuando los necesito.
Tengo un trabajo en el que me muero de aburrimiento, pero gracias al cual puedo llegar a fin de mes, pagar las letras y darle de comer a mi hija.
Tengo a mi ex, que a pesar de todo, es importante de mi vida, porque sin él jamás hubiera podido tener a mi princesa.
Tengo a personas en mi vida que logran despertar en mi sentimientos con los que jamás hubiera soñado.
Incluso tengo a personas con las que no me llevo bien, pero gracias a las cuales sé muy bien como jamás quiero llegar a ser.
Y tú…
¿YA TE HAS DADO CUENTA TODO LO QUE TIENES EN TU VIDA?
Hoy quiero hablaros de los cuentos de hadas. A todos nos gustan porque siempre tienen final feliz. A todos, de pequeños, nos contaban historias de superhéroes y de princesas desdichadas cuya vida cambiaba por un hada madrina y acababan siendo felices y comían perdices. Siendo así ¿cómo no vamos a seguir soñando despiertos de mayores esperando ese amor perfecto, esa oportunidad única en el trabajo, o incluso que nos toque la lotería de salir de nuestras (a veces un tanto patéticas y tristes) vidas?
Lo malo es que en la vida real, eso no suele ocurrir. ¿Verdad? Así que despertemos. No va a venir nadie a sacarnos las castañas del fuego. No vamos a encontrar la felicidad absoluta (entre otras cosas, porque no existe). La felicidad no consiste en que alguien de repente haga acto de presencia con sus poderes mágicos y te solucione la vida.
Más bien creo que consiste en dejarse los dientes luchando, en apreciar lo que poco a poco vamos consiguiendo con el sudor de nuestra propia frente, y sobre todo, en conformarse con lo que uno tiene.
¿Os habéis dado cuenta que, tengamos lo que tengamos, siempre estamos insatisfechos? Y es que el ser humano es único. ¿Cuantos de nosotros tenemos comida, techo, trabajo y amor, y aun así nos quejamos de lo mal que nos va? ¿En alguno de esos momentos pensamos en las personas que están peor que nosotros? Noooooooo, solamente en las que están mejor… que si a fulanito le ha tocado la lotería, y fijate el tío que se ha ligado menganita que la ha sacado de pobre.
Y digo yo, qué orgullo podemos mostrar de las cosas que nos caen del cielo y cuánto tiempo suelen durar? Yo creo que sí puedo mostrarme orgullosa de todo lo que me he currado yo misma, por lo que he luchado hasta conseguirlo, lo que tanto he deseado y al final conseguí pero nadie me regaló. Nos fijamos demasiado en la vida de los demás y empleamos demasiado poco tiempo en analizar nuestras propias vidas. En lugar de conformarnos con lo que tenemos y darnos cuenta que muchas personas nos envidiarían por lo que tenemos, solamente vemos lo que nos falta.
Si tenemos hijos, en lugar de ver lo que podemos aprender de ellos nos quejamos el tiempo que nos quitan, el trabajo que nos dan y las malas notas que nos traen. Pero ¿cuántos padres se paran en compartir realmente tiempo con sus hijos y ayudarles a crecer en lugar de simplemente juzgarlos porque no son como ellos quieren que sean?
Si tenemos pareja siempre le diremos lo que nos molesta… pero ¿cuántas veces los elogiamos cuando hacen algo bien en lugar de darlo por hecho?
Si tenemos trabajo ¿cuantos de nosotros nos pasamos el día quejándonos lo agobiados que estamos y lo mal que estamos? En lugar de darnos cuenta muchas personas no tienen la suerte de tener trabajo alguno. O que se pasan horas de pie haciendo trabajos manuales, mientras nosotros estamos en un lugar seco sin hacer esfuerzos físicos (por muchos esfuerzos psícicos que hagamos, pero nuestro cuerpo está sentadito mientras tanto). ¿Y porqué, si es tan malo el trabajo en cuestión, muchos se quejan y se quejan, pero siguen años en el mismo puesto sin hacer nada por mejorar? ¿Será que no es tan malo?
Si tenemos amigos sólo sabemos quejarnos el tiempo que están sin llamarnos, en lugar de ser capaces de perder ese ORGULLO tan característico del ser humano, y coger nosotros primero el teléfono.
Y es que en todo lo que hacemos, en todo lo que somos y en todo lo que vivimos, SIEMPRE hay una parte buena.
Lo difícil es darnos cuenta de ello y asimilar que en realidad hay muchas cosas que nos pueden hacer felices mientras perdemos el tiempo quejándonos de lo mal que nos va. Como todo en esta vida, es cuestión de ACTITUD, y para empezar a tener la actitud correcta es imprescindible la VOLUNTAD.
Y ahora que ya he acabado de daros el sermón quizá os apetece miraros al espejo y preguntaros porqué os sentís tan frustrados si en realidad la mayoría de vosotros tiene (casi) todo lo que una persona en condiciones normales pueda pedir.
Yo, particularmente, he encontrado mi particular cuento de hadas. Tengo mi hada preciosa que todas las noches me da un beso, un abrazo y me dice que me quiere. Y repite el ritual todas las mañanas.
Tengo a mi madre que dio luz a mi vida, y a la que, por mucho que por momentos no la soporte (como la mayoría de los hijos no soportan a sus padres), quiero un montón. La falta de mi padre a temprana edad me hizo comprender a la fuerza que esas cosas mejor se dicen antes de que sea tarde.
Tengo a mi chico, que aunque sea a veces de efecto retardado y un pelín desastre, lleva dentro de sí todo el amor del mundo y desborda buena voluntad.
Tengo a mis amigos, que aunque no me llaman todos los días, están ahí cuando los necesito.
Tengo un trabajo en el que me muero de aburrimiento, pero gracias al cual puedo llegar a fin de mes, pagar las letras y darle de comer a mi hija.
Tengo a mi ex, que a pesar de todo, es importante de mi vida, porque sin él jamás hubiera podido tener a mi princesa.
Tengo a personas en mi vida que logran despertar en mi sentimientos con los que jamás hubiera soñado.
Incluso tengo a personas con las que no me llevo bien, pero gracias a las cuales sé muy bien como jamás quiero llegar a ser.
Y tú…
¿YA TE HAS DADO CUENTA TODO LO QUE TIENES EN TU VIDA?
Bendita escritura
Maldita inspiración que nunca llega cuando uno la necesita. O quizá algunos estemos tan ciegos que no oigamos la llamada de la misma, que latente grita por salir en palabras fluidas sobre papel mientras ignoramos su existencia absortos por nuestros problemas diarios.
Siempre hay algo mejor que hacer, algo más urgente, algo más importante…
Quizá más de uno de nosotros debería replantearse sus prioridades y reorganizar su vida.
En mi caso, me pregunto ¿es escribir elemental para el curso de mi vida? A primera vista diría que no. Obviamente es mucho más importante el tiempo que paso con mi hija, con mis amigos, con mi pareja, en general con toda esa gente que me aprecia y me quiere. También es más importante (aunque más aburrido), por supuesto, mi trabajo. Y tener en orden la casa, y no olvidar las citas con el médico, y por supuesto, encontrar algún momento para descansar y relajarme.
Es en ese punto en el que me vuelvo a preguntar qué importancia tiene la escritura en mi vida, y aunque a primera vista parece tan poca cosa que no merezca la pena dedicarle tiempo alguno, de repente, me doy cuenta que me relaja. Que me llena. Que me desahoga plasmar mis sentimientos, para deleitaros (o aburriros) con su lectura. Y llego, con distinto punto de vista, a una nueva conclusión.
Escribir me da vida, me quita las tensiones. Me da un nuevo punto de vista, con el que precisamente en la mayoría de los momentos puedo aportar algo mucho mejor a esas personas queridas que menciono anteriormente de lo que haría sin haberme desahogado antes vertiendo un montón de tinta sobre el papel en forma de letras.
Quizá deberíamos mirar más dentro de nosotros antes de mirar a los demás. A mi, personalmente, tomarme un respiro y mirar dentro de mi me hace ver a veces que yo también soy humana y cometo errores y que por lo tanto, tampoco los demás han de ser perfectos.
Y formo un firme propósito de coger papel y lápiz (aunque en nuestros días estaría mejor hablar de PC y conexión a Internet) para dejar fluir mi imaginación antes de plantarle cara a esos múltiples enfados tontos que nos invaden a veces por tantas y tantas cosas sin importancia … ¿te apuntas?
Siempre hay algo mejor que hacer, algo más urgente, algo más importante…
Quizá más de uno de nosotros debería replantearse sus prioridades y reorganizar su vida.
En mi caso, me pregunto ¿es escribir elemental para el curso de mi vida? A primera vista diría que no. Obviamente es mucho más importante el tiempo que paso con mi hija, con mis amigos, con mi pareja, en general con toda esa gente que me aprecia y me quiere. También es más importante (aunque más aburrido), por supuesto, mi trabajo. Y tener en orden la casa, y no olvidar las citas con el médico, y por supuesto, encontrar algún momento para descansar y relajarme.
Es en ese punto en el que me vuelvo a preguntar qué importancia tiene la escritura en mi vida, y aunque a primera vista parece tan poca cosa que no merezca la pena dedicarle tiempo alguno, de repente, me doy cuenta que me relaja. Que me llena. Que me desahoga plasmar mis sentimientos, para deleitaros (o aburriros) con su lectura. Y llego, con distinto punto de vista, a una nueva conclusión.
Escribir me da vida, me quita las tensiones. Me da un nuevo punto de vista, con el que precisamente en la mayoría de los momentos puedo aportar algo mucho mejor a esas personas queridas que menciono anteriormente de lo que haría sin haberme desahogado antes vertiendo un montón de tinta sobre el papel en forma de letras.
Quizá deberíamos mirar más dentro de nosotros antes de mirar a los demás. A mi, personalmente, tomarme un respiro y mirar dentro de mi me hace ver a veces que yo también soy humana y cometo errores y que por lo tanto, tampoco los demás han de ser perfectos.
Y formo un firme propósito de coger papel y lápiz (aunque en nuestros días estaría mejor hablar de PC y conexión a Internet) para dejar fluir mi imaginación antes de plantarle cara a esos múltiples enfados tontos que nos invaden a veces por tantas y tantas cosas sin importancia … ¿te apuntas?
martes, 10 de octubre de 2006
Amores que matan
Cuando conocemos a alguien que nos gusta, normalmente solemos sacar lo mejor nosotros para gustarle nosotros también. A partir de ahí, si sale bien la cosa, a veces se nos olvida que conquistar a alguien no es algo puntual y que si realmente queremos a alguien debemos aceptar a la otra persona no sólo con sus partes buenas, sino también y sobre todo con sus partes malas.
Pero eso no significa que no se pueda crecer juntos. Que sea un tabú decir las cosas que a uno no le gustan de otro, significa que algo va mal en la pareja. Una pareja es estar dispuesto a aprender cosas del otro, y también estar dispuesto a dialogar y a ceder y no imponer.
Cuando alguien se siente atacado por el simple hecho de que su pareja le diga algo que no le ha gustado de él y no está dispuesto a dialogar razonando coherentemente, sino simplemente zanja la cuestión planteada diciendo que así es como es él y no piensa cambiar no solamente existe una falta de diálogo y comprensión, sino también una falta de respeto en cuanto a las posibles necesidades de pareja.
Ser pareja implica preocuparse tanto – o más – por las necesidades del otro como las de uno mismo. Y ser capaz de ceder sin dejar de ser uno mismo, no siendo siempre la misma parte la que ceda.
Para empezar, siempre he pensado que una pareja, por muy pareja que sea, siguen siendo dos personas; cada una de ellas con sus gustos y necesidades distintas. Tan importante es saber concederse un espacio para uno mismo que saber respetar el espacio del otro. A veces, eso ayuda a eliminar posibles agobios de fuentes externas y a evitar discusiones tontas que en realidad no tienen motivo real alguno.
También está el problema de que una de las dos partes no sea capaz de entender que no es un reproche a su forma de ser que su pareja le diga lo que no le guste, sino un intento de mejorar las cosas, puesto que quizás lo que sea importante para una persona no lo sea para la otra o viceversa. La intolerancia y el orgullo en estos casos puede echar a perder cualquier relación por buena que parezca desde fuera.
Lo peor de todo es que en una situación llena de malentendidos no se sepa distinguir de los momentos buenos para hablar y los que uno está en caliente ametrallando a su pareja con reproches de situaciones anteriores (en este caso SI hablaríamos de reproches). Hay que saber distinguir muy bien lo que merece la pena o no en una pareja, y cuando ya se llega a un punto en el que simplemente los dos quieren tener razón, o uno busca los culpables de la situación, ya no merece la pena hablar, y menos en caliente.
Es más fácil buscar la culpa en el otro que ponerse a buscar soluciones, pero seguramente más destructivo para una relación.
Es más fácil hacerse el mártir y buscar las culpas en la otra persona que mirar dentro de uno y admitir que posiblemente no tenga razón.
Es difícil conocer a tu pareja en toda una vida, y mucho menos si cada día es de una forma distinta sin constancia alguna en lo que dice y hace. Si lo que vale son los hechos a veces nos deberíamos dar cuenta de que muchas de las palabras que decimos sobran, pero que algunas palabras lanzadas al aire son como puñales que dejan heridas y por lo tanto mejor no pronunciarlas. Y que las palabras vacías al final cansan, desilusionan, y hacen morir el amor. Porque de lo que siembres hoy, mañana cosecharás, y si lo que das es indiferencia y susceptibilidad al final recibirás lo mismo a cambio.
Y es que, aunque el amor existe, por mucho amor que haya no sirve de nada si una de las dos partes implicadas, o en otros casos incluso las dos, no son lo suficientemente maduras como para afrontar los problemas de una manera productiva.
martes, 22 de agosto de 2006
Los hombres "yo-prometo"
¿Quién de nosotras no se ha cruzado alguna vez con él? Cuántas veces nos hemos cruzado con el típico hombre "yo-prometo" y hemos vuelto a caer. A ningún hombre le gusta ser denominado así, pero el caso es que muchos lo son independientemente de que prometan cosas que ellos se crean capazes de cumplir (chorradas como poner un tendero, pintar un balcón, o descambiar el cierre de una maleta que se llevan y al cabo de meses sigue dando vuelta por el maletero de su coche porque haya caido en olvido). Por la misma regla de tres prometen otras cosas, convencidos de que van a ser capaces y luego nunca más se supo del firme propósito, o peor aun, vuelven a hacer las mismas promesas en los días, meses y años siguientes sin llegar a cumplirlo nunca.
Lo peor de todo no es que engañen a las personas que les rodean, sino que en el peor de los casos hasta llegan a engañarse a sí mismos, porque piensan que pueden pero nunca sacan fuerzas, tiempo, ganas, o lo que sea para hacer nada de lo que dicen.
En algunos casos, esas personas no están bien consigo mismas y piensan que pueden sacar fuerzas para una relación o lo que sea, pero es imposible llevar de esta forma una relación, y lo peor de todo es que emplean el tiempo en cualquier cosa excepto en mejorar ellos mismos y aprender a quererse.
De lo que no se dan cuenta quizás es que si no se quieren ellos, no podrán querer a nadie más en condiciones. Si nunca se toman tiempo para aprender a tener un poco de autoestima, acabarán sólos y machacados por una sociedad en la que ya no queda lugar para personas que no están seguras de sí mismas. Y peor aún, en lugar de levantarse y tirar adelante intentando mejorar simplemente se limitan a hundirse pensando que es lo que merecen, sin darse cuenta que con esa actitud echan de su lado a las pocas personas que aún creen en ellos e intentan que luchen, porque al final ven que carece de sentido intentar nada si ellos mismos no lo creen necesario.
Este post no es para nadie y es para muchos, quien se sienta identificado igual antes de enfadarse por sentirse aludido debería hacer algo para mejorar su vida y agradecer que aún quedan personas sinceras aunque las verdades duelan a veces.
Porque el que odia no perderá el tiempo en preocuparse por ti, es el que te quiere el que desespera luchando a tu lado y siendo sincero a muerte cuando todos los demás ya te han dado la espalda o siguen escuchándote sólo para reírse de ti.
Lo peor de todo no es que engañen a las personas que les rodean, sino que en el peor de los casos hasta llegan a engañarse a sí mismos, porque piensan que pueden pero nunca sacan fuerzas, tiempo, ganas, o lo que sea para hacer nada de lo que dicen.
En algunos casos, esas personas no están bien consigo mismas y piensan que pueden sacar fuerzas para una relación o lo que sea, pero es imposible llevar de esta forma una relación, y lo peor de todo es que emplean el tiempo en cualquier cosa excepto en mejorar ellos mismos y aprender a quererse.
De lo que no se dan cuenta quizás es que si no se quieren ellos, no podrán querer a nadie más en condiciones. Si nunca se toman tiempo para aprender a tener un poco de autoestima, acabarán sólos y machacados por una sociedad en la que ya no queda lugar para personas que no están seguras de sí mismas. Y peor aún, en lugar de levantarse y tirar adelante intentando mejorar simplemente se limitan a hundirse pensando que es lo que merecen, sin darse cuenta que con esa actitud echan de su lado a las pocas personas que aún creen en ellos e intentan que luchen, porque al final ven que carece de sentido intentar nada si ellos mismos no lo creen necesario.
Este post no es para nadie y es para muchos, quien se sienta identificado igual antes de enfadarse por sentirse aludido debería hacer algo para mejorar su vida y agradecer que aún quedan personas sinceras aunque las verdades duelan a veces.
Porque el que odia no perderá el tiempo en preocuparse por ti, es el que te quiere el que desespera luchando a tu lado y siendo sincero a muerte cuando todos los demás ya te han dado la espalda o siguen escuchándote sólo para reírse de ti.
viernes, 11 de agosto de 2006
Cerrado por vacaciones
Hace unos días me preguntó alguien de quien ni imaginaba que leyera este blog porqué había dejado de escribir.
La verdad es que es halagador saber que hay personas a las que realmente les gustan mis pensamientos y reflexiones.
Y no es que haya dejado de escribir, simplemente voy escasa de tiempo.
La otra noche me desperté inspiradísima a las seis de la mañana, pero decidí que era más importante intentar descansar un rato más antes de irme a trabajar que conectarme para plasmar lo que me venía a la cabeza. La consecuencia de esto es fué que gané unas horas de sueño a cambio de que se esfumara mi inspiración de la misma forma que de repente había aparecido.
Ahora me esperan cuatro fines de semana seguidos con mi princesita y dos semanas de vacaciones que pienso disfrutar a tope.
Así que solamente pediros que tengais paciencia... volveré con las pilas recargadas para deleitaros (o daros la paliza) con todo lo que hay en mi y lo que nace de mi.
Mientras tanto os deseo que paseis unas felices vacaciones y no desperdicieis el veranito.
¡Hasta pronto amigos!
La verdad es que es halagador saber que hay personas a las que realmente les gustan mis pensamientos y reflexiones.
Y no es que haya dejado de escribir, simplemente voy escasa de tiempo.
La otra noche me desperté inspiradísima a las seis de la mañana, pero decidí que era más importante intentar descansar un rato más antes de irme a trabajar que conectarme para plasmar lo que me venía a la cabeza. La consecuencia de esto es fué que gané unas horas de sueño a cambio de que se esfumara mi inspiración de la misma forma que de repente había aparecido.
Ahora me esperan cuatro fines de semana seguidos con mi princesita y dos semanas de vacaciones que pienso disfrutar a tope.
Así que solamente pediros que tengais paciencia... volveré con las pilas recargadas para deleitaros (o daros la paliza) con todo lo que hay en mi y lo que nace de mi.
Mientras tanto os deseo que paseis unas felices vacaciones y no desperdicieis el veranito.
¡Hasta pronto amigos!
jueves, 8 de junio de 2006
Perfeccionismo
Soy perfeccionista. Lo reconozco. Siempre había pensado que ser perfeccionista era algo bueno, pero también es cierto que muchas veces las personas perfeccionistas tendemos a pensar que cuando alguien no es tan perfeccionista o simplemente hace las cosas de forma distinta a nuestra forma de hacerlas no las hace bien.
Recuerdo un día en el que una antigua compañera de trabajo hizo una reflexión sobre colores. Se le ocurrió decir algo así como que si de pequeños no nos enseñaran que el color rojo es rojo, el rojo igualmente podría ser verde, amarillo, azul, o cualquier otro color. La mayoría de las que la rodeaban le decían que estaba loca, que el color rojo es el color rojo y siempre lo será. Pero analizándolo bien ¿no tenía razón?
Lo que de mayores damos por hecho es porque en algún momento nos han dicho que es así, porque la sociedad que nos rodea lo ha aceptado de esa forma, y por consiguiente es así. Es decir, si a todos de pequeños nos dijeran que el rojo se llama verde y el verde se llama rojo, seguramente todos tendríamos el concepto fijo de llamar verde al rojo y rojo al verde.
Por la misma regla de tres, los perfeccionistas muchas veces creemos que nuestra forma de hacer las cosas es la mejor y la única válida. Posiblemente tengamos razón en que la mayoría de las veces sea la más práctica, o la más rápida ¿pero eso significa que no debamos respetar y aceptar también otros puntos de vista y formas de hacer las cosas?
Muchas veces nos cuesta acordarnos de este "pequeño detalle", y por consiguiente, aunque no pensemos que seamos mejores que nadie, es precisamente lo que le damos a entender a los demás.
Ahí entra entonces la comunicación, la importancia de querer saber y aprender de los demás, es en eso en lo que muchas relaciones interpersonales, ya sean de amistad, pareja o de cualquier otra índole, fracasan.
Para estar en la vida de alguien hay que ser consecuente con la forma de ser propia, pero también hay que ser consciente que si somos tan perfeccionistas y nadie tiene que cambiarnos puesto que todo lo hacemos tan bien (que cara a lo demás quizás no esté tan bien hecho, otra cosa a tener en cuenta que muchas veces se nos pasa por alto), ¿porqué en lugar de aceptar a los demás simplemente como son tenemos que intentar moldearlos a nuestro gusto?
La comunicación es importante para evitar malentendidos y aclarar diferencias de opinión, pero eso no quita que todos los puntos de vista, siempre que sean respetuosos hacia la otra persona, puedan ser perfectamente válidos igual que los nuestros.
Igual el perfeccionismo sería por eso precisamente no querer crear el mundo perfecto, sino aceptarlo imperfecto como es, y con él, a todas las personas perfectamente imperfectas... empezando por nosotros mismos.
domingo, 28 de mayo de 2006
Dilema
En mi último post escribo que a veces todos tendemos a pensar en nosotros mismos antes que en cualquier otra cosa. Lo malo no es que lo hagamos, es no darnos cuenta cuando no tenemos en cuenta en realidad los detalles de las otras personas. Cuando no se valora nada de lo que haces o de lo que hacen por ti. Cuando dos personas no son capaces de compenetrarse porque a pesar de tener los mismos valores le dan importancia a cosas muy distintas en determinados momentos.
Es en ese punto cuando me planteo porqué dos personas con ese tipo de problemas siguen adelante, sin solucionar nada, siempre discutiendo por lo mismo. En los buenos momentos todo es perfecto, pero cuando sale algún tema en el que no coinciden no hay forma de ponerse de acuerdo.
Estoy de acuerdo en que no puede existir una relación perfecta ¿pero dónde poner el límite? ¿Hasta qué punto hay que aguantar por amor? ¿Hasta qué punto dejar que la otra persona absorba tu forma de pensar para convertirte en la persona que ella quiere que seas?
Para mi no hay motivo que justifique dejarse cambiar por nadie. Todos cambiamos con las experiencias por las que pasamos, pero nadie es quién para decirnos cómo debemos pensar o hacer las cosas, siempre y cuando no faltemos el respeto a nadie; pero eso no quita que no haya que saber amoldarse a la otra persona, y en ese punto es en el que aparecen los conflictos. ¿Hasta dónde llegar sin dejar de ser uno mismo? ¿Hasta dónde pensar en uno mismo sin llegar a ser egoista? ¿Hasta dónde pensar en la otra persona sin dejar de tener personalidad propia?
Y me pregunto de qué nos sirven tantas clases de matemáticas y filosofía si nadie nos prepara para lo que nos espera durante los años de nuestra vida, que no son pocos.
¿Alguien sabe dónde conseguir un manual?
sábado, 27 de mayo de 2006
Nostalgia
De nuevo demasiado tiempo sin escribir, de nuevo tantas cosas que decir.
Sin saber por dónde empezar, ni cómo ni por dónde acabar...
Empezaré por mi querida niña a la que le dediqué mi último post. Los que te queremos aun estamos preocupados por ti, aun seguimos esperando tu operación que al final se tuvo que posponer. Como estás tan floja casi no bajas y te echo de menos. Cada vez que pienso que no estás me sorprendes con una llamada o un sms y me demuestras que no me equivoco contigo. Ya sabes, todos tendemos a ver primero lo nuestro sin pensar a veces que alguien simplemente no te llama porque no tiene tiempo, o ganas, o porque tiene bastante con lo suyo y ni se acuerda de llamar a nadie (a todos nos pasa en ciertas ocasiones). Y es precisamente en esos momentos en los que todos nos alegramos ver que nuestros amigos están con nosotros.
También les quiero dedicar un trozito de este post a esas personitas con las que casi ya no hablo aunque nos siga uniendo un lazo especial. Mi gruñoncete y mi alma gemela, dos personas que por motivos y en momentos distintos se ganaron mi corazón y siguen formando parte de él. Qué puedo decir... hay tantos recuerdos, tantos momentos buenos, felices, y también malos y tristes, que es imposible no teneros presente. Os llevo en mi, y aunque ahora tenga una vida nueva siempre sereis especiales. A vosotros, y a todos los que leeis este blog, os quiero dedicar por eso la cita de la imágen, que siempre me ha gustado mucho. Por la amistad. Por la buena gente. Por vosotros.
"Porque no es más amigo el que está siempre, que el que está cuando hace falta"
;-)
Os quiero
jueves, 2 de marzo de 2006
No me dejes sola (Para mi niña)
Es curioso de qué forma a veces se crean lazos con una persona casi sin que nos demos cuenta. Aun recuerdo el día que nos presentaron en una Party Informática, no hablamos mucho pero nos caimos bien desde el primer momento. La verdad es que las circunstancias no hicieron que cogieramos mucha amistad en ese mismo momento, pero por vueltas que da la vida al final tú y yo estamos más unidas que cualquiera de las personas que nos rodeaba en esos momentos...
Y es que a veces (muchas, por desgracia) las personas en las que más crees son las que te dan la espalda de la forma más rastrera y traicionera... y las que casi no percibes al primer momento son las que al final acaban a tu lado.
Muchas veces le damos tantas vueltas a cosas que en realidad no tienen importancia que no somos conscientes de los valores reales de la vida. De lo que realmente importa. En este caso importa la amistad que nos une desde hace tiempo, pero que desde hace un año aproximadamente se ha visto muy reforzada por ambas partes. Importa el tiempo que hemos compartido : risas, llantos, confidencias. Importa la mano que siempre ha estado tendida cuando nos ha hecho falta. Importas tú, importo yo. Pero sobre todo, lo que siempre se nos olvida... importa la VIDA.
Ahora que te enfrentas a uno de los momentos más difíciles de tu vida es cuando los seres que realmente te queremos quizás seamos más conscientes de lo que eso significa. No dejar nada para mañana. Vivir, con los seres que queremos... compartir con ellos todo lo que nazca, HOY, porque mañana no sabemos qué podrá suceder.
Hay personas que dicen quererte y no están... ni siquiera saben por lo que estás pasando. Yo no voy a ser quien los juzgue... dicen que al final cada uno tiene lo que se merece. Desde luego, a mi me han defraudado, pero no sé de qué me puedo quejar yo después de cómo te están tratando (o mejor dicho no tratando) a ti. Cuanta superficialidad, qué fácil es decir "yo quiero a fulanita o a menganita... es mucho más que una amiga". Pero lo que queda son los hechos, que brillan por su ausencia. Es triste, pero al final los que acabarán sólos son ellos.
Tú tienes gente que te quiere, con locura. Y lo sabes. Mañana todos estaremos contigo hasta saber que todo ha salido bien. Aunque siempre digas que no, sé que cuando más lo necesitas eres fuerte. Es normal que tengas miedo, sería de locos no tenerlo. Pero no dejas de ser fuerte. Y cada uno de los que tenemos la suerte de poder compartir contigo un trocito de nuestras vidas te hace más fuerte cuando lo necesitas.
Piensa en ello mañana. Todo irá bien. Recuerda esas palabras que alguien te dijo y que yo comparto, porque no me imagino mi vida sin ti : No me dejes sola.
TE QUIERO
domingo, 19 de febrero de 2006
El amor existe
Aquí estoy de nuevo, llena de emociones y sentimietos que quisiera plasmar aunque seguramente, como casi siempre, no lograré ni expresar la mitad de lo que es.
Estoy aquí, pensándote, soñándote, extrañándote... tú que has entrado como un terremoto en mi vida cuando menos me lo esperaba, rompiéndo mis esquemas y anulando todos mis miedos simplemente porque no te valen como excusa... Porque no será que no he intentado salir corriendo. Pero tú has sabido leer en mi, has sabido entender un no cuando era un si, sabes tener paciencia y demostrarme que no te interesan sólo mis sonrisas. Sabes estar conmigo aunque sólo sea para dormir abrazados cuando no estoy bien, darme un abrazo justo cuando lo necesito, darme una sonrisa cuando estoy triste.
Dime como no tengo que quererte si me has devuelto a la vida, me has dado ilusión... día a día consigues darme un motivo nuevo para despertar sonriendo pensando en ti... día a día me demuestras que estaba equivocada en tantas cosas... que se me había olvidado ser niña, que me había refugiado tanto detrás de mi fachada de invencible que casi dejo que se me escape la vida...
Ahora lo has conseguido, cada día me dejo llevar más, me entrego más, creo más en que esto puede funcionar... hacía mucho (demasiado) tiempo que nadie había logrado hacerme sentir como tú lo haces.
Gracias por no haberme permitido echarte de mi vida cuando lo intenté, gracias por haber persistido. Y sobre todo, gracias por haberme demostrado lo más importante de todo : que el AMOR, aunque a veces juege al escondite con nosotros, EXISTE.
Para mi niño, con todo mi amor.
jueves, 9 de febrero de 2006
Pensamiento
De nuevo mucho tiempo sin escribir, demasiado para mi gusto. Ocurre que siempre hay algo que es más importante, o simplemente muchos días no siento ganas ni fuerzas de ponerme a escribir nada. Es como si la inspiración que me invadía el pasado año se hubiera cogido vacaciones y no piense volver...
Este año debía empezar con cambios positivos, con fuerza, con ánimos... y así ha sido excepto en algunas cosas. Hay, como siempre, mucho trabajo y mucho afán de superación. Para mediados de año se supone que se acabaron los eternos problemas económicos, el eterno depender de personas a las que no les quiero deber nada mas de la cuenta. También sigo trabajando en algunos proyectos de los cuales no quiero comentar nada más por el momento a pesar de que algunas personas muy cercanas ya conocen.
En mi vida sentimental ha entrado un ángel... alguien inesperado, alguien que me hace sentir bien, y alguien que me aguanta demasiado para mi gusto. Me lo tomo con ilusión, pero no sin escepticismo... no quiero precipitar nada ni quiero acabar haciendo daño a nadie. El tiempo dirá, para bien o para mal, si estamos hechos el uno para el otro o no. Quien lo lea pudiera decir que no reboso ilusión al hablar de ello... pero es que parece que cada noticia buena en mi vida tenga que ir unida a diez malas, y de nuevo me martiriza la eterna pregunta de cuál será el sentido de la vida.
Estamos aquí para aprender lecciones, si. Pero tantas cosas son tan injustas y a pesar del tremendo deseo que siento por poder evitarlas sé que no está en mis manos. Me pregunto en qué lugar se queda el ser humano, y me hace gracia darme cuenta que a pesar de creernos todopoderosos no somos más que un juguete dentro del inmenso universo. Una marioneta obligada a vivir dentro de las limitaciones que la vida nos impone, posibilidades económicas, familia, trabajo, salud... algunas cosas seguramente están en nuestras manos como dicen todos esos mensajes motivadores en grupos y comunidades, pero cuando hablamos de enfermedad ¿no es cierto que sólo somos un instrumento más atado a la voluntad del destino?
La verdad, no creo que hoy sea el mejor día para seguir escribiendo.
Sólo decirle a mi niña guapa (tú ya sabes quién eres) que aquí estoy para lo que necesites y que todo saldrá bien.
Y a tí, mi ángel, que me perdones por no ser yo misma, por estar sumida en mil pensamientos que al fin y al cabo no sirven para nada porque yo no soy quien para cambiar el destino... en ninguno de los sentidos. Y darte las gracias por tu infinita paciencia conmigo.
Os quiero... aunque a veces no sea capaz de demostrarlo (ya veis, ni siquiera yo soy perfecta).
jueves, 5 de enero de 2006
Balance
Ya ha comenzado el año nuevo y repasando el viejo, creo que no ha sido malo del todo. Ha habido de todo, bueno, malo, cosas intermedias... pero sobre todo he podido vivir nuevas experiencias, que hayan salido bien o mal, han sido gratificantes al menos mientras las vivía.
He podido pensar que cuento con buenos amigos (aunque algunos ya no estén ahí o hayan demostrado que no eran tan buenos), y que al menos, no tengo enemigos. Laboralmente puedo decir que he progresado y que hoy por hoy tengo un trabajo que me gusta, aunque tenga sus ventajas y sus desventajas, como todos los trabajos. Y que a la larga merecerá la pena y será gratificante seguir ahi.
Mi hija crece y crece y está ya hecha toda una mujercita que se hace querer un poquito más cada día que pasa.
Y este año se presenta con vistas a mejoras importantes que aumentarán mi calidad de vida en un futuro próximo y con proyectos que ni yo misma me podía imaginar... ¿Qué más puedo pedir?
Así que a pesar de afrontar un año más con algunos problemas provinientes de los anteriores, soy optimista pensando que sólo puede ir a mejor.
Y agradezco a todos los que me acompañan un año más en mi vida que estén ahí, dándome su apoyo, su cariño, sus consejos e incluso alguna que otra colleja. A los que rien conmigo, lloran conmigo, me ofrecen su hombro cuando lo necesito. Tanto en mi vida real como en la virtual...
A vosotros os quiero dedicar mis éxitos de este año ;-)
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