sábado, 8 de diciembre de 2007

Gracias de nuevo


Este post podría considerarse una continuación del post Gracias, publicado a principios de octubre.
Y es que últimamente no paro de darme cuenta de cosas, de descubrir sensaciones nuevas y valores dónde antes quizá no era capaz de verlos.
Y es que mi fauno es mucho fauno.
Tengo que reconocer que desde que nos conocemos he sido tremendamente injusta, haciéndole pagar lo que antes me hicieron. Porque en situaciones parecidas a otras anteriores, siempre le he juzgado con el baremo de la persona que antes me hizo daño, sin darle en realidad ninguna oportunidad a demostrar cómo es él mismo.
Es duro darse cuenta de algo así, y más aún tener que reconocer que a pesar de todo lo que él haya podido hacer mal durante todo este tiempo, yo también he tenido mi parte.
No quiero buscar más porqués, no quiero forzar más situaciones, sólo quiero disfrutar de una persona que me hace sentir bien e intentar conocerla cada día un poquito mejor.
Curiosamente, el otro día una amiga se quejaba de que los hombres pasaban de todo... pero es que se juntan dos extremos, porque nosotras nos preocupamos de lo nuestro, mas de lo que pensamos que ellos no se preocupan... en definitiva, ellos no llegan y nosotras nos pasamos. Y eso no lleva a ninguna parte.
En todo este tiempo reconozco que me he quejado sobre todo de eso mismo, de que pasaba de todo... y yo no he parado de comerme el tarro con cosas que no venían ni al caso. He tenido momentos de total y absoluta confianza, y otros de total y absoluta desconfianza.
Y ahora que me doy cuenta, a mi es a la primera que me duele.
Así que he decidido darle esta vez un voto de confianza, pero de los buenos y verdaderos. No más sospechas, no más dudas, simplemente aprovechar lo poco que podemos vernos y confiar en su palabra, porque además, no tiene ni un sólo motivo para engañarme en nada. Ni tengo pruebas de que jamás lo haya hecho.
Que una persona no sea igual que yo no significa que no sea leal.
Por eso, y porque por algún extraño motivo sigo sintiendo que merece la pena seguir adelante con esta amistad tan especial, he decidido dar ese gran paso y alimentar mi confianza en una persona de cuyo cariño jamás he dudado. E intentar encajar mejor las cosas que me duelen, aunque me duelan. Porque nadie puede pretender cambiar a otra persona. Hay cosas que son natas en nosotros y aunque a los demás no les guste, es lo que hay y hemos de aceptarlas como son o dejarlas estar.
En todo este tiempo hemos tenido malentendidos, discusiones, nos hemos dicho de todo... pero en ningún momento me he tenido que oir algo que fuera un intento de cambiar mi forma de ser. Por lo tanto, he de entrar en las mismas reglas del juego y no intentarlo yo tampoco.
Ese es mi reto para el año que viene.
Y sé que de una forma u otra vas a seguir ahí, ayudándome a crecer como persona.
De nuevo... mil gracias, xiquitín.

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