domingo, 16 de diciembre de 2007
Para mi fauno
Mis sábanas aún revelan tu presencia conservando tu inconfundible olor y recuerdos de noches de incontrolable pasión. Aún siento tu calor... cuando ellas me envuelven para que no pase frío, es tu abrazo el que siento, y te siento de nuevo mío. Ellas comparten conmigo todo, desde mi más profundo silencio hasta mis alegrías y mi dolor.
Y tú... eres distinto, tan distinto.
Me cala tu mirada, tus caricias me matan y me dejan indefensa ante ti.
Eres capaz de sacar de mi la parte más mansa y al mismo tiempo la más animal; la más calmada y también la más descontrolada e insaciable. Soy tu princesa, y al mismo tiempo tu esclava. Recibo sin pedir, exigo, cedo, doy... pero siempre quiero más, no soy capaz de dejarte ir.
Es curioso como una se puede convertir desde la ovejita más dulce hasta la zorra más malvada y desenfrenada. Pero tú eres capaz de sacar eso, y mucho más de mi.
Y lo mejor es que no exiges nada, simplemente haces que lo desee.
Que te desee a ti, que desee compartir tus fantasías que al mismo tiempo se convierten en mías.
Me pregunto si realmente me ata a ti el cariño que te tengo o el hecho de que realmente muchas veces nos entendamos sin necesidad de mediar palabra alguna.
Sea lo que sea, he decidido no hacer más preguntas. No buscar más respuestas.
Quiero vivirte, disfrutarte.
Quererte, tenerte, atarte, soltarte... dar y recibir, no preguntar más, simplemente confiar.
Nunca he conocido a nadie como tú, capaz de hacerme ser realmente como soy, yo misma, sin miedo a quedar bien o mal, a lo que piensen los demás.
Simplemente sacas lo mejor de mi, lo más tranquilo, y a veces también lo peor, y también lo más salvaje.
Y me pierdes, no puedo negarlo, ni quiero evitarlo.
Me encanta perderme contigo una y otra vez, estar de acuerdo contigo en que la vida no consiste en las reglas que imponen los demás. Me gusta que nuestras reglas sean precisamente eso, NUESTRAS, y que mientras los dos estemos de acuerdo sigamos este juego.
Me gustas tú, tal y como eres, sobre todo cuando estás bien y eres capaz de darme lo que necesito sin tener que exigirlo. Aunque eso conlleve aceptar esa parte tuya que no es tan perfecta y que a veces consigue herirme aunque no te des cuenta.
Y ya sabes que exigir algo hace que carezca de valor cuando recibes lo que pides.
Por eso, prefiero dejarme sorprender. Y tú lo consigues día a día.
Espero que nos dure mucho tiempo.
Porque eres especial, y porque a pesar de todo lo que hemos pasado juntos aun seguimos juntos, reforzando las partes buenas e intentando sobrellevar cada día mejor las malas.
No cambies nunca, sigue siendo mi fauno gladiador.
A pesar de todo... así es como te quiero yo.
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