miércoles, 18 de abril de 2007

Estoy enamorada



Ultimamente no es que no tenga inspiración, lo que me falta es tiempo y ánimo para ponerme en el teclado a escribir todo lo que me viene. Las ideas van y vienen, y muchas de ellas se pierden para siempre.
Pero nunca es tarde, y siempre hay algo sobre lo que escribir si realmente hay ganas de hacerlo.
Hoy quiero hablaros de la primavera... estamos en primavera, que como dice el dicho "la sangre altera".

Y quiero deciros que...


Estoy ENAMORADA.
Enamorada de cada mañana que amanece
con el canto de los pájaros,
de cada rayo de sol
que ilumina la habitación.
Enamorada de las flores
que nacen en esta temporada.
De la alegría contagiosa
de cualquier niño.
De la presencia de mis amigos.
Enamorada de una canción de amor.
De una sonrisa luminosa.
De una llamada inesperada.
Enamorada de la calma que siento
en determinados momentos.
Enamorada del amor, de la amistad,
incluso del odio y la traición.
Estoy enamorada de todo lo que me rodea.
Porque todo ello me hace crecer,
no parar de aprender.
Estoy enamorada de la vida,
del aire, del agua, de la tierra y del fuego.
Estoy enamorada de mi misma,
porque sé como soy y que no pienso cambiar.
Y estoy enamorada de TI,
por estar a mi lado y ser partícipe
de que me sienta feliz.

Dedicado a nadie en especial...
y a quienes se den por aludidos
;-)

3 comentarios:

  1. Quien me lo iba a decir

    Quién me lo iba a decir a mí, catadora de hombres, lujuriosa, siempre a la búsqueda del placer fácil, puro y duro, puta por vocación y por ovarios, pisoteando amores, sentimientos, cansada de amantes que no se daban cuenta que su tiempo acababa en el mismo momento que el polvo compartido, en el coche, en una habitación de hotel, en cualquier parte. Amantes de cualquier edad, de todos los tamaños: pequeños, grandes, más grandes o medianos, rubios, morenos, pelirrojos o calvos. Nada era importante, sólo el placer de la conquista, el gusto por saberme deseada… y luego el abandono, olvidando nombres que nunca había aprendido, miradas, besos, frases susurradas.

    Nadie nunca me habló de hombres que atesoran placeres, ocultos en las yemas de sus dedos. Con ojos como espejos profundos que al mirarte se vuelven transparentes y te devuelven la imagen más hermosa de ti misma, esa que sueñas que eres y no eres. Hombres de voz serena que jamás desfallece, mientras cuentan historias increíbles como una melodía hipnotizante. Y cuando besan, su saliva es la fuente del deseo inflamando los labios que se ofrecen abiertos y vencidos. Y te follan el alma hasta hacerla explotar convertida en infinitas luces de colores como el cielo en noche de verbena. Nadie me habló de ellos, pero existen.

    No es fácil encontrarles. Pero a veces, creo yo que a causa del destino, te encuentras con alguno y sientes una extraña desazón en el ombligo. Y sabes que ha llegado. Nunca lleva equipaje, ni un cepillo de dientes, como aquel caminante que está sólo de paso por tu vida. Pero él se queda. Se queda para siempre, no hay alternativa.

    No me hablaste de eso, madre. Quizá pensabas que no me iba a hacer falta. O quizá no sabías que existían. Ni la abuela, que con palabras sabias me enseñaba las infinitas formas en que el placer se hace dueño y señor de los sentidos, me relató jamás un hecho parecido. Y ahora yo no sé que hacer con él, con su eterna presencia. Tengo el cuerpo plagado de espinas diminutas que ha ido clavando en mi piel con cada encuentro y cada despedida. No temas por mí, madre, que no duelen, son la medicina que mantienen con vida mis órganos vitales inyectándoles en dosis milimétricas el valor necesario para esperar con calma: el deseado abrazo, la caricia leve, el beso apasionado.

    Nadie me habló de eso… no estaba prevenida.



    Des.

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  2. No te puedes imaginar la vida tan paralela que tienes con una chica que conozco y que pasó sus primeros 17 años en Mösbach. Después se vino también a España. Además se llama Claudia. Que pequeño es el mundo.

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