lunes, 23 de abril de 2007

¿Querer o amar? ¿Exigir o dar?



Hay tantas y tantas formas distintas de decir te quiero que muchas veces las pasamos por alto. Hace mucho tiempo publiqué un post en el que decía que iba a decir más Te Quiero, pero con el paso de los días todo buen principio se nos va olvidando.
Aunque es cierto que se lo digo más a menudo a mis amigos, hay personas con las que sigo dando por hecho que han de saberlo sin necesidad de pronunciarlo.
Y llegados a este punto me gustaría aclarar a toda esa gente que ultimamente habla de amor, que no es lo mismo querer que amar, y que no es lo mismo estar ilusionado que estar enamorado. Es cierto que una cosa en ocasiones fácilmente pueda llevar a la otra, pero también muchas veces las cosas se pueden quedar como están o incluso desvanecerse y quedar en nada.
Y si he aprendido algo en estos últimos años es ser realista, aunque eso no quite de que me siga ilusionando con facilidad.
En realidad me paro a pensar y me doy cuenta de que llegada a cierta edad y vividas algunas experiencias en esta vida perdemos muchas cosas por el camino... miremos a los niños, ellos SI saben ser desinteresados, querer por querer y no por obtener algo a cambio. Pero con el paso de los años perdemos la inocencia y nos hacemos egoistas. Incluso los que pretendemos hacer ver que no lo somos tenemos nuestra parte egoista. Siendo adultos muchas veces se nos cruza por la mente eso de "y porqué tengo que ser yo siempre la/el que...", sin darnos cuenta de que no todas las personas tenemos los mismos valores, y quizás el que otra persona no actue de la forma que nosotros queramos no significa que no le importemos.
Si dejaramos aparte nuestro orgullo y dejaramos de pretender que los demás sepan lo que queremos antes incluso de que lo digamos, todo nos iría mucho mejor.
Siempre nos quejamos de que no nos demuestran lo que nos quieren o aprecian... pero ¿realmente eso es asi? Deberíamos fijarnos un poquito más en lo que SI se nos demuestra, aunque no sea del todo de la forma en la que nosotros pedimos las cosas. Porque cada persona es un mundo, y quizás lo que nosotros demos por hecho que sea normal, a la otra persona le cuesta un esfuerzo que nosotros no tenemos en cuenta.
Y es que el amor, en cualquiera de sus formas, no debe ser EXIGENCIA, sino todo lo contrario. El amor verdadero se mide por el grado de ENTREGA que cada uno esté dispuesto a dar, y aunque es cierto que todo tiene un límite, quizás obtenemos más a cambio si entregamos desinteresadamente que si lo hacemos esperando siempre a cambio... sobre todo porque algunas veces, aunque nos den, nosotros no lo vemos por el motivo que menciono anteriormente.

No vemos lo que nos dan, si no es lo que queremos.

¿Complejo verdad?




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