Ilusiones rotas

Ya no hay nada de lo que una vez fue un amor sincero y entregado. Ya sólo queda egocentrismo y desinterés por tu parte, desinterés hacia mi, hacia un posible nosotros, y sobre todo desinterés por la vida y por ti mismo.
Ya no queda nada de la persona que conocí hace poco más de un año.
No sé lo que ocurrió con ella, algún buen dia me di cuenta de que se había esfumado, dejando atrás una sombra perdida en el laberinto de la vida. Una sombra con miedo a salir, a destacar, incapaz de mostrar sentimientos más allá de la culpabilidad y la baja autoestima.
Tu yo anterior de repente ya no existía, todo quedó oscuro y frío. Un frío desgarrador que poco a poco me ha ido invadiendo, congelando mi corazón.
Haciéndome más dura ante tus inconstancias y tus dejadeces. Haciendo que cada vez me importe menos lo que va a ser de nosotros, porque a ti nunca te ha importado. Haciendo que vea que sólo te importa tu interminable autocompasión, tus interminables agobios y tu interminable concentración en ti mismo.
Haciendo que todo lo que habíamos construido durante un tiempo, quede reducido a nada.
Porque quien con mucho empieza, y con nada acaba debería plantearse en qué punto se ha equivocado, pero tú no te paras a analizar tus pasos, solamente a dejarte llevar una y otra vez por los mismos errores.
Porque en realidad nunca apreciaste lo que tenías a tu lado. Porque encontraste lo que siempre habías buscado y de repente lo rechazaste y lo descuidaste.
Qué más da que sea consciente o inconscientemente. El daño ya está hecho. Qué más da que se pida perdón una y otra vez y que se perdone una y otra vez, el vaso ya está más que colmado... y las gotas frías de su contenido resbalan por mis mejillas dándome cuenta que todo lo que di no sirvió para nada y que tú jamás pretendiste luchar por nada excepto por justificar tu actitud negativa con tu estado de ánimo, anteponiendo cualquier cosa a ti mismo y cerrándote, cerrándonos de esa forma cualquier posibilidad de poder estar bien juntos.
Qué más da si te quise y qué más da si me quisiste. Y qué importa si te quiero o que me quieras tú... si nada eres capaz de hacer para demostrarlo.
Nada importa ahora ya. Ni el frío, ni la lluvia, ni el granizo. Ni siquiera la muerte de lo único por lo que llevo luchando desde que te conozco... nuestro amor.
Quizá duela, pero antes o después pasará. Lleva doliendo ya durante demasiado tiempo, ya estoy cansada, derrotada, sin fuerzas.
Así que hoy he decidido acabar de una vez por todas con la agonía de querer seguir con algo imposible, con alguien que cambia cada cinco minutos de parecer, con alguien que por mucho que sienta no es capaz de compartirlo.
Hoy estoy de luto por lo que una vez nos unió. Y prometo ahogar el dolor y no dejar que resurga la esperanza para que tú la vuelvas a matar. Prefiero que sea un suicidio rápido y con el mínimo dolor posible antes que una muerte lenta y dolorosa. Ya duró demasiado.
Hoy te devuelvo mi corazón y te pido de vuelta el mío, no quiero que lo dañes más, lo cobijaré y lo sanaré y algún día, alguien se ofrecerá a volver a sacarle brillo y hacerlo latir con más fuerza... o no.
Pero esa ya será otra historia.