Hoy he dormido poco. Estoy con un virus un tanto extraño, que te hace sentir como si tuvieras fiebre sin tenerla. Tengo los ojos hinchados de la conjuntivitis, la nariz entaponada, dolor de garganta y para colmo, una tos de perros que no me ha dejado pegar ojo.
Para empezar, esta mañana ha sonado el despertador y lo he debido apagar, porque he abierto los ojitos (pegados por tanta legaña) a las once y algo y de pocas me da un pasmo. ¡Me he dormido! Y la niña conmigo, claro.
Así que he decidido que hoy no va al cole y pasará la mañana conmigo (también lleva un buen resfriado).
Me he levantado, he ido al baño a lavarme la cara y cepillarme los dientes, hasta ahí todo genial, sin incidentes. Después a la cocina, a hacer el desayuno para la niña y para mi. Le he echado la leche a la taza y he puesto en marcha el microondas... hasta que me he dado cuenta de que no había metido la taza con la leche dentro.
He puesto el café a hacer, y mientras, he puesto a hacer las tostadas. El aromático olor a café inundando la cocina parece que me debe haber despejado, porque de repente me he dado cuenta que las tostadas no se tostarán si no le das al botón para poner en marcha la tostadora...
Me sorprendo de cómo puedo estar tan despistada, aunque haciéndo resumen de los últimos días no me extraña nada : mes flojo en el trabajo, problemas de salud, problemas con mi madre que a su vez tiene problemas de salud, problemas de algunas amigas que para variar, también tienen problemas de salud, y para rematar, tú que ibas "a poner toda la carne en el asador" para intentar arreglar los problemas que tenías, de repente echas marcha atrás, te importa todo de nuevo nada y para colmo, haces como que no existo.
Me pregunto si tan mal me he portado contigo, que ni siquiera merezco una explicación.
Me pregunto si realmente debo ser yo la que se preocupa siempre por los demás, cuando yo la mayoría de veces que tengo algún problema solamente puedo contar con los de siempre, porque a la mayoría de la gente por la que me preocupo les da bastante igual cómo estoy o cómo dejo de estar yo (incluido tú... porque lo hagas queriendo o sin querer, es lo que demuestras y al fin y al cabo eso es lo que cuenta).
Me pregunto si realmente tengo tan poca paciencia, que he estado un año luchando para que pudieramos ser felices juntos, para que salieras de tu pozo sin fondo, soportando desplantes y desprecios casi a diario, aunque también haya habido momentos buenos.
Me pregunto cómo de repente puedes estar bien y de repente puedes agobiarte tanto que yo dejo de existir, me fulminas, desaparezco del mapa.
Me pregunto si realmente merece la pena seguir ni siquiera con una amistad, porque a la larga, va a llevar a que tú te sientas mal y yo hundida, como me está pasando desde hace tiempo.
Me pregunto si en algún momento mereciste mi cariño, mi entrega total, que dejara aparte cosas para mi importantes, por estar constantemente ahí, apoyándote... sin poder contar contigo en casi ninguno de los momentos que yo te necesitaba.
Me pregunto tantas y tantas cosas, y cuantas más cosas me pregunto a menos conclusiones soy capaz de llegar.
Así que he decidido cogerme vacaciones :
Vacaciones de tantos problemas, vacaciones de la gente, vacaciones de todo. Sólo estaré para mi hija y para mi.
Haré lo que me apetezca hacer, cuando me apetezca hacerlo, y sin dar explicaciones (tú nunca las diste sobre tus constantes cambios de humor y tu actitud variable hacia mi).
Haré mi vida. Haré por olvidar. Haré por sonreir de nuevo. Haré por ser feliz.
Porque si tú no quieres, yo no voy a lograr que seas feliz.
Porque si te es más cómodo sentirte bien en tu miseria, yo no estoy dispuesta a compartirla contigo.
Porque soy joven y tengo mucha vida por delante.
Porque no quiero estar perdiendo el tiempo, sino disfrutarlo día a día.
Porque no quiero vivir amargada.
Porque me niego a caer en el mismo pozo en el que tú te has instalado.
Porque te has acostumbrado tanto a la oscuridad, que aunque tengas la luz iluminándote sólo te ciega y sigues viendo negro todo.
Porque, porque, porque...
¡PORQUE YO LO VALGO!
Para empezar, esta mañana ha sonado el despertador y lo he debido apagar, porque he abierto los ojitos (pegados por tanta legaña) a las once y algo y de pocas me da un pasmo. ¡Me he dormido! Y la niña conmigo, claro.
Así que he decidido que hoy no va al cole y pasará la mañana conmigo (también lleva un buen resfriado).
Me he levantado, he ido al baño a lavarme la cara y cepillarme los dientes, hasta ahí todo genial, sin incidentes. Después a la cocina, a hacer el desayuno para la niña y para mi. Le he echado la leche a la taza y he puesto en marcha el microondas... hasta que me he dado cuenta de que no había metido la taza con la leche dentro.
He puesto el café a hacer, y mientras, he puesto a hacer las tostadas. El aromático olor a café inundando la cocina parece que me debe haber despejado, porque de repente me he dado cuenta que las tostadas no se tostarán si no le das al botón para poner en marcha la tostadora...
Me sorprendo de cómo puedo estar tan despistada, aunque haciéndo resumen de los últimos días no me extraña nada : mes flojo en el trabajo, problemas de salud, problemas con mi madre que a su vez tiene problemas de salud, problemas de algunas amigas que para variar, también tienen problemas de salud, y para rematar, tú que ibas "a poner toda la carne en el asador" para intentar arreglar los problemas que tenías, de repente echas marcha atrás, te importa todo de nuevo nada y para colmo, haces como que no existo.
Me pregunto si tan mal me he portado contigo, que ni siquiera merezco una explicación.
Me pregunto si realmente debo ser yo la que se preocupa siempre por los demás, cuando yo la mayoría de veces que tengo algún problema solamente puedo contar con los de siempre, porque a la mayoría de la gente por la que me preocupo les da bastante igual cómo estoy o cómo dejo de estar yo (incluido tú... porque lo hagas queriendo o sin querer, es lo que demuestras y al fin y al cabo eso es lo que cuenta).
Me pregunto si realmente tengo tan poca paciencia, que he estado un año luchando para que pudieramos ser felices juntos, para que salieras de tu pozo sin fondo, soportando desplantes y desprecios casi a diario, aunque también haya habido momentos buenos.
Me pregunto cómo de repente puedes estar bien y de repente puedes agobiarte tanto que yo dejo de existir, me fulminas, desaparezco del mapa.
Me pregunto si realmente merece la pena seguir ni siquiera con una amistad, porque a la larga, va a llevar a que tú te sientas mal y yo hundida, como me está pasando desde hace tiempo.
Me pregunto si en algún momento mereciste mi cariño, mi entrega total, que dejara aparte cosas para mi importantes, por estar constantemente ahí, apoyándote... sin poder contar contigo en casi ninguno de los momentos que yo te necesitaba.
Me pregunto tantas y tantas cosas, y cuantas más cosas me pregunto a menos conclusiones soy capaz de llegar.
Así que he decidido cogerme vacaciones :
Vacaciones de tantos problemas, vacaciones de la gente, vacaciones de todo. Sólo estaré para mi hija y para mi.
Haré lo que me apetezca hacer, cuando me apetezca hacerlo, y sin dar explicaciones (tú nunca las diste sobre tus constantes cambios de humor y tu actitud variable hacia mi).
Haré mi vida. Haré por olvidar. Haré por sonreir de nuevo. Haré por ser feliz.
Porque si tú no quieres, yo no voy a lograr que seas feliz.
Porque si te es más cómodo sentirte bien en tu miseria, yo no estoy dispuesta a compartirla contigo.
Porque soy joven y tengo mucha vida por delante.
Porque no quiero estar perdiendo el tiempo, sino disfrutarlo día a día.
Porque no quiero vivir amargada.
Porque me niego a caer en el mismo pozo en el que tú te has instalado.
Porque te has acostumbrado tanto a la oscuridad, que aunque tengas la luz iluminándote sólo te ciega y sigues viendo negro todo.
Porque, porque, porque...
¡PORQUE YO LO VALGO!
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