Los ángeles existen

Hace no muchos días dejé un post con título Gracias. Un amigo lo vió y me dijo : "Claro que los ángeles existen", pero yo no lo tenía muy claro en ese momento.
La poca gente que pasa a leer este blog, más o menos sabe que no estoy en uno de mis mejores momentos. Y siempre hay días en los que, cuando estás mal, piensas que la vida jamás te volverá a sonreir. Y en los que se nos olvida, que siempre salimos adelante, pase lo que pase.
Y es que, si nos paramos a pensar, por mala que parezca la situación y por muchas puertas que vayamos cerrando en nuestras vidas, siempre quedan puertas nuevas por abrir, a veces mejores y a veces peores de las que quedan atrás, pero tenemos que arriesgarnos a abrirlas para poder comprobar lo que hay por descubrir.
Este post se lo quiero dedicar a una persona que sin darse cuenta ha sido un gran APOYO a mi lado estos últimos días, sin preguntar, sin pedir explicaciones, simplemente con su presencia y siendo capaz de sacarme una sonrisa hasta en el peor de mis días.
Apareció detrás de una puerta aun cerrada y que, estoy segura, mereció la pena abrir.
Porque pase lo que pase, a veces el simple hecho de tener a alguien con quien hablar, con quien volver a sonreir, alguien que sea capaz de sacar esa parte buena de uno mismo (yo ya no sabía ni si existía...), es de lo más importante en la vida.
Y pase lo que pase, abrir esa puerta y dar la oportunidad a conocernos mejor, sin duda alguna como mínimo nos está aportando una de las cosas básicas en esta vida : UNA BUENA AMISTAD.
Quizás esta persona no sabe ni en qué mal momento llegó. Quizás, precisamente por eso, el mérito de hacerme levantar cabeza, es aún mucho mayor.
Gracias, muchas gracias, por tu sinceridad, tu complicidad, y tu amistad.