Quien no arriesga

Supongo que ya os habeis dado cuenta que ultimamente no estoy inspirada, y que me ha dado al menos por dejaros alguna canción que otra que en todo momento describen como me siento.
Es una época de mucho cambio, entre eso y la primavera me siento un poco alterada y desconcertada.
El mes de marzo para mi no es buen mes, se juntan las fallas que no me matan, con el día de cumpleaños de mi padre (26 de marzo), y el día en el que falleció (5 de marzo). Aunque ya haya pasado mucho tiempo de eso, sigo estando nostálgica siempre durante estos días.
Tampoco ayuda mucho el hecho de que hace poco acabé una relación de un año y de que esa persona también cumplía años precisamente el día 20 de marzo.
Pero con todas los recuerdos que trae este mes, también tengo cosas buenas a las que intento aferrarme, dicen que siempre hay que ver las partes buenas... y aunque a veces no sea fácil, eso intento.
El otro día hablaba de puertas que se cierran y otras que se abren, y aunque a veces las cosas no vengan como uno piensa, nunca se sabe lo que puede ocurrir.
Si tengo algo bueno en mi, creo que es que nunca me he arrepentido de nada de lo que he vivido.
Sobre todo desde que empecé a no dejarme influir por nadie y tomar mis propias decisiones... cuánto tiempo hace ya de eso, y es que el tiempo pasa y no perdona.
Pienso que no nos tenemos que arrepentir, porque nos pase lo que nos pase, siempre podemos aprender algo y crecer como personas. A veces son experiencias muy dolorosas las que vivimos, pero precisamente las que más duelen son las que más nos enseñan.
Ahora me toca aprender la lección de no pagar con personas nuevas lo que viví en mi relación anterior, porque aunque haya acabado desganada y defraudada, las personas que conozcamos después no tienen la culpa de lo que nos haya pasado antes.
Ahora me toca aprender a dar votos de confianza de nuevo, disfrutar de nuevo de la ilusión que trae conocer a alguien nuevo, y no estropear, por algo que no pudo ser, algo que posiblemente no llegue a ser nada o posiblemente lo llegue a ser todo.
Lo malo de este mundo virtual es que a veces se cree conocer a una persona y detrás de la imagen que tenemos puede haber de todo, desgraciadamente hay mucho lobo vestido de cordero, y eso hace que no nos demos cuenta de que a veces también puede haber un cordero vestido de lobo... y que ése uno entre mil quizás merezca la pena.
Así que todo vuelve a lo mismo y todo depende de los votos de confianza que seamos capaces de dar, y de las ganas y la ilusión con la que seamos capaces de tomarnos las cosas que nos suceden en la vida...
Yo, por mi parte, he decidido no olvidar las lágrimas derramadas, pero sí aprender de los motivos que las causaron... y aprender a volver a confiar.
Es posible que me equivoque de nuevo, pero nunca lo sabré si no lo intento y sigo adelante con mi vida.
Porque cómo ya dice el refrán...

"Quien no arriesga, no gana"