Aisss jajaja bueno, pues como algunos se me han "asustado" con el cambio repentino de tipo de música, aquí os dejo algo suavecito para compensar...
Es una leyenda que he encontrado por internet, en el chat la dejé hace unas semanas en la bitácora, pero hoy la quiero compartir con vosotros aquí.
Cuenta la leyenda que un día, un samurai, conocido por su nobleza y honestidad, fue a visitar a un monje zen en busca de consejos.
Cuando entró en el templo donde el maestro rezaba, se sintió inferior y pensó que a pesar de haber pasado toda su vida luchando por la justicia y la paz, no se había acercado al estado de gracia del hombre que tenía frente a él.
-¿Por qué me estoy sintiendo tan inferior? -preguntó al monje-, me enfrenté muchas veces con la muerte y defendí a los más débiles, no tengo nada de qué avergonzarme. Sin embargo, al verlo meditando, he sentido que mi vida no tenía la menor importancia.
-Espera. En cuanto haya atendido a todos los que me han buscado hoy, te daré la respuesta -dijo el monje-.
Durante todo el día el samurai se quedó sentado en el jardín del templo. Las personas entraban y salían en busca de consejos y el monje atendía a todos con la misma paciencia y la misma sonrisa luminosa en su rostro.
El estado de ánimo del samurai iba de mal en peor, pues había nacido para actuar, no para esperar. Por la noche, cuando ya todos habían partido, insistió: -¿Ahora podrá usted enseñarme?
El maestro lo invitó a entrar y lo llevó hasta su habitación. La luna llena brillaba en el cielo y todo el ambiente respiraba una profunda tranquilidad.
-¿Ves esta luna qué bonita es?, cruzará todo el firmamento y mañana el sol volverá a brillar. Solo que la luz del sol es mucho más fuerte y consigue mostrar los detalles del paisaje que tenemos delante: nubes, árboles, montañas. He contemplado a los dos durante años, y nunca escuché a la luna decir: -¿Por qué no tengo el mismo brillo que el sol?, ¿es que quizás soy inferior a él?
-Claro que no -respondió el samurai-, la luna y el sol son dos cosas diferentes, cada uno tiene su propia belleza. No se pueden comparar.
-Entonces, ya sabes la respuesta. Somos dos personas diferentes, cada cual luchando a su manera por aquello que cree, y haciendo lo posible para tornar a este mundo mejor; el resto son solo apariencias.
(FUENTE DESCONOCIDA)
Es una leyenda que he encontrado por internet, en el chat la dejé hace unas semanas en la bitácora, pero hoy la quiero compartir con vosotros aquí.
Cuenta la leyenda que un día, un samurai, conocido por su nobleza y honestidad, fue a visitar a un monje zen en busca de consejos.
Cuando entró en el templo donde el maestro rezaba, se sintió inferior y pensó que a pesar de haber pasado toda su vida luchando por la justicia y la paz, no se había acercado al estado de gracia del hombre que tenía frente a él.
-¿Por qué me estoy sintiendo tan inferior? -preguntó al monje-, me enfrenté muchas veces con la muerte y defendí a los más débiles, no tengo nada de qué avergonzarme. Sin embargo, al verlo meditando, he sentido que mi vida no tenía la menor importancia.
-Espera. En cuanto haya atendido a todos los que me han buscado hoy, te daré la respuesta -dijo el monje-.
Durante todo el día el samurai se quedó sentado en el jardín del templo. Las personas entraban y salían en busca de consejos y el monje atendía a todos con la misma paciencia y la misma sonrisa luminosa en su rostro.
El estado de ánimo del samurai iba de mal en peor, pues había nacido para actuar, no para esperar. Por la noche, cuando ya todos habían partido, insistió: -¿Ahora podrá usted enseñarme?
El maestro lo invitó a entrar y lo llevó hasta su habitación. La luna llena brillaba en el cielo y todo el ambiente respiraba una profunda tranquilidad.
-¿Ves esta luna qué bonita es?, cruzará todo el firmamento y mañana el sol volverá a brillar. Solo que la luz del sol es mucho más fuerte y consigue mostrar los detalles del paisaje que tenemos delante: nubes, árboles, montañas. He contemplado a los dos durante años, y nunca escuché a la luna decir: -¿Por qué no tengo el mismo brillo que el sol?, ¿es que quizás soy inferior a él?
-Claro que no -respondió el samurai-, la luna y el sol son dos cosas diferentes, cada uno tiene su propia belleza. No se pueden comparar.
-Entonces, ya sabes la respuesta. Somos dos personas diferentes, cada cual luchando a su manera por aquello que cree, y haciendo lo posible para tornar a este mundo mejor; el resto son solo apariencias.
(FUENTE DESCONOCIDA)
bonita leyenda... en fi n y curiosa dese luego, un votito,averiguaré mas cosas a ver.. me parece curiosa
ResponderEliminarMe encanta verte así de contenta, me encanta que sigues luchando, me encanta ver como cada dia cambias de post, me encanta tu musica, me encanta que me escribas, me encanta que me llames cabra, me encanta que vengas a mi madriguera. me encanta escucharte, me encanta tu jajajaja, (tu risa).
ResponderEliminarME ENCANTAS NENA.
Petonets a les dues , ainara y a ti.
gracias pro pasarte por mi blog, pasé por aquí aver si hay leyendas nuevas¡¡¡, bueno estaré pedneinte de tus novedades¡. saludillos
ResponderEliminarAna muchas gracias guapa, ya he dejado una leyenda nueva a ver si te gusta :-)
ResponderEliminarConejin eres único, al final voy a caer rendida a tus pies jajaja ahora mismo voy a dejarle un besin y un click a mi conejito preferido :-P